I
Mi pueblo que es pastoreño
presume y lo lleva a gala,
que cualquiera que te nombra
cuando te dice Pastora
le siga de Cantillana.
No tiene dueño,
la Pastora Divina
porque es del pueblo.
Es la herencia más grande,
del pastoreño.
II
Tú no cambiaste en la vida
siempre velando mi sueño,
por eso tu pueblo grita:
¡Que viva siempre la misma!
¡Que orgullo ser pastoreño!
No tiene dueño,
la Pastora Divina
porque es del pueblo.
Es la herencia más grande,
del pastoreño.
III
Pá la Pastora Divina
no es más rico el que más tiene,
con su cayado precioso,
vigilante y poderoso
tan solo toca al que quiere.
No tiene dueño,
la Pastora Divina
porque es del pueblo.
Es la herencia más grande,
del pastoreño.
IV
Con que suenen mis canciones
ya me doy por satisfecho,
y que en la iglesia en su día,
igual que en la romería,
la canten los pastoreños.
No tiene dueño,
la Pastora Divina
porque es del pueblo.
Es la herencia más grande,
del pastoreño.
Antonio Portillo Daza