En mi anterior post trate en unas fechas tan vacacionales de crear un escenario irreal con una emergencia un tanto peculiar. Menos de 24 horas después de la publicación, ocurrió lo que ya todos sabemos, el terror adoptó la forma más cruenta para arrebatarnos la tranquilidad que todos los Barceloneses respiramos.
Particularmente a mi me pillo casi dirigiéndome a la boca del lobo en transporte público y afortunadamente, pude regresar. Estaba trabajando como tantos que lo vivieron en el epicentro.
Sabemos cómo actuar ante un fuego, una inundación pero con una amenaza constante terrorista no sabemos. Pensamos que no nos puede salpicar a nosotros. Y es que las formas de matar se han “democratizado”, cualquiera puede fabricar una bomba en su casa con productos de mercado (bombonas de butano) o alquilar una furgoneta para embestir a doquier.
Pero, ¿cómo debemos comportarnos si nos pilla fuera del trabajo? Y tan importante como la pregunta anterior, que actitudes o comportamientos debemos rechazar de inmediato, por su carácter peligroso directo o indirecto.
Desde mi posición de técnico de seguridad puedo citar algunas de las consignas que deberíamos de seguir para no sufrir daños en nuestra salud:
- La directriz básica es “mantenernos a salvo”, es decir debemos correr, escondernos y contar lo que está pasando. Claro que esa huida, que deberemos de sopesar en milésimas de segundo, deberemos de calcular si es nuestra mejor opción (por ejemplo si para llegar a la salida hay que ponerse en la línea de tiro de los terroristas, descartemos esa solución). Por supuesto no seamos egoístas, debemos pedir al resto de personas que huyan con nosotros y no se queden en el sitio.
- En el párrafo anterior dijimos que debemos de escondernos pero cuidado ya que no estar visible para los terroristas no significa la seguridad completa. Pensemos que las balas pueden atravesar el cristal, el ladrillo, la madera y el metal. Así que mejor buscar paredes reforzadas, de ladrillo sólido o si estamos detrás de un coche detrás de donde se encuentre el motor (parte más sólida). Si no tenemos nada con que cubrirnos mejor tirarnos al suelo (reducimos la superficie expuesta a ser alcanzada por un disparo).
- Hacerte el muerto puede salvarte, puesto que además de esquivar las balas, fingir estarlo, nos puede ayudar a sobrevivir. Es preciso hacerlo manteniendo una postura natural, evitando jadear y colocando la cabeza de modo que se puedan ver los movimientos del atacante.
- Si podemos ver al individuo, él también podrá vernos. Así que pensemos en más de una posible vía de escape, y nunca bajo ningún concepto nos sintamos sin esa vía de escape, ya que un terrorista que se tomase su tiempo podría encontrarle y rematarte.
- Cuidado que la huida no es la mejor opción en todos los escenarios. En algunas ocasiones, la escapada puede convertirse en una «huida hacia la muerte», como en el caso de no calcular bien hacia dónde se corre. Seguir a la masa enloquecida no suele ser la mejor de las elecciones, ya que se acostumbran a formar tapones y producir avalanchas, con el riesgo añadido de morir aplastado, y no siempre se dirige al lugar más seguro.
- Antes de nada hay que ser consciente exactamente de dónde vienen los disparos y dónde se encuentran los terroristas para evitar meterse en una ratonera. Asimismo, al huir es conveniente hacerlo por la vía de escape más alejada a la línea de fuego del tirador y correr de perfil respecto a él. De esta manera se minimiza la superficie expuesta a las balas y seguramente no recibir heridas mortales, además de que el atacante tendrá una mayor dificultad para seguir un objetivo en movimiento.
- El móvil en silencio y no hacer ruido, e intentar encerrarse en algún espacio al que los atacantes no puedan acceder desde fuera, o bloquear la puerta de algún modo (silla empujando el pomo, una barra cruzando los tiradores, etc.)
- Pero de las vías de escape, siempre evitemos la puerta por donde presumiblemente tratarán de salir los terroristas, y donde podrían encontrarse una última víctima indefensa antes de abandonar el recinto.
- Si estamos relativamente a salvo, como espectadores de los acontecimientos trataremos de avisar a las autoridades (por ejemplo el 091), proporcionando la siguiente información: dónde están los sospechosos, dónde fueron vistos por última vez, una descripción de los tipos y algunos elementos adicionales que pueden ser útiles, como si se han producido víctimas y de qué tipo, cómo es el edificio y los accesos, si hay rehenes, o qué tipo de armas tienen los asaltantes.
- Seguir en todo momento las indicaciones de las fuerzas de seguridad (policía local, autonómica, guardia civil, guardia urbana,…) en cuanto a los lugares donde nos tendríamos que refugiar o dirigir. Cuando las autoridades intervienen, es preciso actuar con calma, seguir instrucciones y colaborar con ellos.
- Durante el asalto policial podrían producirse situaciones tensas en que los agentes pueden apuntar sus armas a los civiles, por lo que es necesario permanecer en calma, poner las manos a la vista y no hacer gestos bruscos interpretables como una amenaza. Además, habrá poco margen para delicadezas, y seguramente los agentes serán toscos y podrían interrogar con firmeza a los presentes. Finalmente la evacuación no se producirá hasta que sea seguro hacerlo.
- Si el ataque se produce en un festival, feria,… muchos pueden pensar que no se tratan de disparos, sino los disparos eran petardos o fuegos artificiales, por lo que el tiempo de reacción se retrasa. Por lo tanto cuando estemos en un recinto, pensemos que si algo va mal cual va a ser mi respuesta (esto incluye tener identificadas las salidas de emergencia)
- La reacciona rápida, es vital. Algunos expertos consideran que sólo el 15% de la gente reacciona de una manera que ayuda a salvar sus vidas. Alrededor de un 75% se quedan tan estupefactos que no reaccionan (una situación de estrés les bloquea). Para el 10% restante es aún peor: toman decisiones que les ponen todavía más en riesgo.
- Vayámonos lo más lejos posible, lo más protegido posible, y busca a la figura de autoridad más cercana en busca de ayuda. Pero cuidado, ya que unirse a multitudes puede ser peligroso, pues puede haber riesgo de un segundo artefacto, terrorista con arma o vehículo descontrolado. Y esto último lo conocen los grupos terroristas, pues son conocedores que puede existir un reagrupamiento para ayudar a las víctimas o para simplemente conocer lo que ha pasado.
- Para sobrevivir a un atentado existen tres procedimientos, por orden de prioridad: escapar, esconderse o luchar con el terrorista Sólo si es absolutamente necesario se buscará la confrontación directa con el individuo. Pero no olvidemos que es peligroso el enfrentarse sin entrenamiento o medios adecuados. Dependiendo de la situación, puede ser la mejor opción. La mejor forma de lucha es intentar dejarlo inconsciente pues es normal que los yihadistas tengan chaleco con explosivos (por lo tanto no será tanto la fuerza como la destreza y la precisión del golpe lo más importante). De haber arrebatado el arma al atacante, hay que tirarla para evitar que nos confundan por un yihadista.
- Por último no hacer filmaciones de heridos, no tendentes a esclarecer sino más bien herir a los familiares de los afectados. Tampoco daremos por veraz lo que nos manden a través de redes sociales o mensajes. Solo tendrá autenticidad aquella información procedente de medios de comunicación que podemos considerarlas como fuentes fidedignas.
Por último quisiera no insuflar miedo a los lectores con mis consejos anteriores. Quiero transmitir un mensaje de concordia, de unión de todas las personas que pueblan nuestro país, sin importar la raza, credo o ideología política. Condenemos la violencia sea del origen que sea, que los sucesos que tristemente han manchado el final del verano en nuestra memoria colectiva, no sirva para acrecentar un rechazo hacia el pueblo islámico. Seamos tolerantes con aquellos que han dejado unas raíces tan profundas en el pasado de nuestra tierra.