Es curioso que quienes toman el nombre de Dios en vano, para llenar de contenido y dotar de no sé qué clase de autoridad o credibilidad aquello que dicen, acaben dejándole siempre en muy mal lugar. Porque, ¿qué clase de Dios es ese que, despertando a un volcán de su letargo, decide castigar a miles de personas impidiéndoles regresar a su hogar, simplemente porque treinta millones de estadounidenses tendrán, a partir de ahora, derecho a una asistencia sanitaria gratuita de la que carecían? Me pregunto si no habría resultado más creíble que esta especie de portavoz o mensajero divino nos revelase que Dios estaba castigando a quienes dicen ser sus representantes terrenales por silenciar y ocultar los numerosos casos de pederastia habidos en el seno de su Iglesia.
Es curioso que quienes toman el nombre de Dios en vano, para llenar de contenido y dotar de no sé qué clase de autoridad o credibilidad aquello que dicen, acaben dejándole siempre en muy mal lugar. Porque, ¿qué clase de Dios es ese que, despertando a un volcán de su letargo, decide castigar a miles de personas impidiéndoles regresar a su hogar, simplemente porque treinta millones de estadounidenses tendrán, a partir de ahora, derecho a una asistencia sanitaria gratuita de la que carecían? Me pregunto si no habría resultado más creíble que esta especie de portavoz o mensajero divino nos revelase que Dios estaba castigando a quienes dicen ser sus representantes terrenales por silenciar y ocultar los numerosos casos de pederastia habidos en el seno de su Iglesia.