No trates de perseguir estrellas, mortal.

Publicado el 31 mayo 2013 por Amenofis05 @PabloC_Autor
may 31 2013

No trates de perseguir estrellas, mortal.

“Como un cazador que persigue estrellas en el firmamento,
que tan sólo atrapa la estela que dejan tras su paso;
pero que por fin logra atrapar una de ellas,
y se le escapa como niebla de plata entre sus dedos.
Y continúa en su búsqueda infructuosa,
torturado por el recuerdo de su perfume,
por el sueño que significó ser el dueño de una estrella,
recuerdo que arranca lágrimas en su alma,
que arrastra el dolor de la pérdida de lo que tuvo
y no fue, porque los Dioses no lo permitieron.
Porque es imposible atrapar una estrella:
su fulgor te cegará, su poder te consumirá,
los Dioses jamás consentirán que tú, simple mortal,
atrapes un pedazo de su fimamento.”

Soy lo eterno, solo lo que no puede morir. Soy Inmortal. Pero mi peor enemigo no es el paso del tiempo: es el dolor del corazón. Los Dioses nos crearon sin la indolencia ni el desprecio por la vida humana de los vampiros. Los Dioses nos crearon para amar a los humanos, y esto puede representar un golpe más duro y cruel que el más poderoso de los ataques de nuestros enemigos.

¿Acaso crees que tu dolor es inimaginable?

Cuan equivocado te encuentras.

Ni te imaginas, humano, el dolor que provoca que la persona a la que amas ni tan siquiera te dirija un saludo al amanecer.

Porque ya jamás podrá sonreírte. Porque su sonrisa se congeló para siempre.

 Son días amargos, interminables.

Porque desconoces, humano, la desazón al perder la luz que ilumina su mirada.

La tristeza de las sombras sin ella.

Desconoces, humano, el sabor salado de las lágrimas

que arrasan mis sueños en la larga noche.

 El dolor de un Inmortal.

Un dolor alimentado por el paso de los años.

Una espina que atraviesa mi corazón año tras año.

Un aguijonazo interminable que apenas me permite respirar.

 Mi corazón puede llegar a sentirse completamente vacío,

muerto.

La cruel compañía de un recuerdo en la eternidad.

La tortura atroz que me estremece al recordar las palabras que nunca le dije.

Los abrazos que no ofrecí. Los besos que se perdieron para siempre.

Las caricias que dejé de sentir.

La desesperanza surge cuando las fuerzas se agotan, humano,

y créeme que las fuerzas de un Inmortal también se agotan.

De manera que debes sentirte afortunado, humano,

porque tu padecimiento finalizará cuando la Dama Muerte visite tu lecho.

Y entonces podrás reunirte junto a ella.

Así pues, levántate.

No corren tiempos en los que el egoísmo deba ocupar nuestros corazones.

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