Los fanáticos de la Libertadores que siempre tratan de encontrar esas cosas puramente sudamericanas que no se pueden encontrar en la Champions League, pese a su fastuosidad y magnificencia, tienen algo nuevo para sumar a su colección. El arquero titular de Jaguares, Jorge Villalpando, había cometido dos horrores inocultables en el arco, y, en consecuencia, Junior pudo marcar en esas dos groseras intervenciones fallidas del guardameta.
Jaguares se jugaba la clasificación ante los colombianos, y el último error de Villalpando, en pleno segundo tiempo, fue la gota que colmó el vaso. Su entrenador lo sacó a los 30 minutos del complemento por Villaseñor, su reemplazante, y lo prendió fuego ante el público, sin ahorrarse un fósforo. El arquero salió corriendo de la cancha, con cara de pocos amigos, y fue directo a encarar a su entrenador, protagonizando una nueva joya propia de la Copa. Por códigos, algunos entrenadores, pese a su clara falta de consistencia en una situación vital, lo hubieran dejado en el arco. Cruz, DT de los de Chiapas, prefirió decidir exponerlo, pero bajar el riesgo de suicido que encaminaba su equipo con él en el arco. Jaguares finalmente logró clasificarse, tras igualar el duelo 3 a 3.