Noam Chomsky, crítico del Imperialismo

Por Hetairo
Chomsky, crítico del imperialismo
César Ricardo Luque Santana
Sin duda alguna, la conferencia magistral que dictó el profesor estadounidense Noam Chomsky en la sala Nezahualcoyótl el pasado 21 de septiembre del año en curso en el marco del 25 aniversario del diario La Jornada, constituyó un gran acontecimiento académico y político, lo cual quedó demostrado por el enorme interés del público que abarrotó ese recinto universitario y por la transmisión en directo por TV UNAM y 12 televisoras públicas más de distintos estados de la república. El podcast de este evento puede ser bajado por quien desee desde La Jornada on line, y ahí mismo, en la edición del día 22, es posible encontrar la transcripción y traducción completa de dicha disertación.
A continuación trataré de recuperar algunos puntos de su planteamiento pero para antes conviene señalar que Noam Chomsky es uno de los más grandes pensadores del momento, profesor del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), reconocido lingüista y filósofo, pero más conocido aún por su persistente, aguda y certera crítica del imperialismo estadounidense.
La pregunta de la que parte Chomsky es: ¿qué lecciones nos han dejado dos décadas de realidad unipolar en el mundo? Dentro de ello explica cómo se fue construyendo la hegemonía militar estadounidense en la historia reciente, y su afianzamiento con la desaparición de la Unión Soviética y la caída del bloque socialista, paralelamente a la implementación del neoliberalismo, y cómo estos acontecimientos históricos del fin de la llamada guerra fría que configuraba un mundo bipolar con dos grandes potencias enemigas como la URSS y los EUA que permitían un equilibrio tenso en el mapa geopolítico, terminó por romperse a favor de los Estados Unidos como la principal potencia del mundo, lo que a su vez ha permitido retornar al capitalismo salvaje generando paradójicamente otro mundo bipolar: el de una minoría muy rica y el de grandes mayorías muy pobres. Asimismo, la tendencia militarista de los Estados Unidos hubo de rehacerse pues al esfumarse la “amenaza comunista”, tuvieron que inventar nuevos pretextos para continuar su intervencionismo colonialista en el mundo, principalmente en los países periféricos. Ahora, las amenazas para los Estados Unidos y para “la paz mundial” según su retórica, son el narcotráfico y el terrorismo.
Según Chomsky, la política exterior de los Estados Unidos se funda en tres principios que son los siguientes: la máxima de Tucídides que dice que los fuertes hacen los quieren y los débiles sufren de esos abusos, el principio de Adam Smith quien sostenía que los verdaderos arquitectos de las políticas públicas eran los grandes comerciantes e industriales y el principio de la mafia que consiste en actuar insensiblemente ante las carencias y sufrimiento de sus víctimas. Actualmente se puede constatar como dichos principios actúan en la vida política, pues por ejemplo según la visión de Smith reforzada por el planteamiento del economista Thomas Ferguson, los grandes empresarios del capital financiero controlan las elecciones para asegurar sus inversiones y ganancias, por ello es lógico que las políticas públicas de los Estados secuestrados por las mafias empresariales sean siempre beneficiadas incluso de las crisis económicas que ellos mismos provocan. Los rescates de los empresarios en México derivados de una política consistente en privatizar las ganancias y socializar las pérdidas corroboran esa afirmación de Chomsky. Asimismo, sostiene que en las pasadas elecciones presidenciales en México, los Estados Unidos no podían permitir un gobierno que eventualmente contradijera sus políticas como sucede con otros gobiernos latinoamericanos.
Desde luego que la dominación y el abuso del poder no podría darse sin la alcahuetería de los intelectuales orgánicos del poder, quienes tienen la función de justificar lo injustificable mediante argucias retóricas y pensamientos sofísticos, pues es importante ganar el asentimiento de los ciudadanos o el consenso como diría Gramsci, generando una especie de servidumbre voluntaria. Este tema es muy interesante aunque en esta ocasión es tratado muy por encima.
Chomsky ilustra con ejemplos históricos el comportamiento hipócrita de los Estados Unidos para intervenir en los países que quiere saquear y cómo no tienen reparo en apoyar a regímenes criminales que actúan como sus cómplices, esgrimiendo una doble moral entre los que dicen acerca de la democracia y la paz y lo que realmente hacen. Desde luego que hay que señalar que el intervencionismo no sólo es por la vía militar sino que implementan otros recursos neocolonizadores, como el Tratado de Libre Comercio con México a partir del cual se le forzaba la privatización de los bienes y servicios públicos para ponerlos en manos de unos cuantos capitalistas, principalmente extranjeros, y creando asimismo una situación de dependencia económica más pronunciadas a partir de las exigencias de dicho Tratado obligando por ejemplo a los mexicanos a eliminar los subsidios al campo al mismo tiempo que ellos subsidiaban a sus productores agrícolas con las consecuencias previsibles: un campo mexicano tronado y por ende dependiente de los Estados Unidos. La asimetría que de por sí existía entre ambos países se hacía con ello más pronunciada en vez de buscar mecanismos compensatorios que permitieran mejorar a la economía mexicana para que fuera de veras competitiva, pero basados en el principio de la mafia, esa situación no les importaba sino sólo expoliar lo más posible a sus vecinos. El fenómeno migratorio es entonces una consecuencia de esta política entreguista para lo cual los Estados Unidos endurecen por un lado su política migratoria militarizando la frontera, pero por el otro tienen disponible mano de obra barata.
Como bien dice Chomsky, la globalización neoliberal se ha diseñado “para transferir la producción hacia fuera y poner a los trabajadores a competir unos contra otros a escala mundial, bajando los salarios y las prestaciones, mientras se protege a las fuerzas del mercado…”
Por último, Chomsky ve con buenos ojos los esfuerzos de una serie de países y gobiernos latinoamericanos por sacudirse el neoliberalismo, mientras que los Estados Unidos trata de desestabilizarlos de diversas maneras, alentando a las oposiciones de derechas dirigidas por los grandes empresarios locales, tratando de estrangularlos económicamente como han hecho con Cuba y estableciendo base militares como las recientes en Colombia cuyo narcogobierno es aliado incondicional del imperio.
Los invito a que lean la transcripción completa o escuchen el podcast de la conferencia de Noam Chomsky para que saquen sus propias conclusiones.