Chomsky, lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense, es ampliamente es reconocido como una de las figuras intelectuales más importantes del siglo por su activismo político, caracterizado por una fuerte crítica del capitalismo contemporáneo y de la política exterior de los Estados Unidos. Por ese estatus, siempre es interesante saber su opinión sobre la política internacional y económica, y en consonancia con esto, se ha referido la crisis política y social que se ha desatado en Chile.
En una entrevista con El Mostrador, Chomsky afirmó que no le sorprende para nada lo que ocurre en el país latinoamericano, ya que los hechos “eran perfectamente previsibles tras el asalto neoliberal a la población en los últimos 40 años, verificadas constantemente en todo el mundo”.
El intelectual agregó que uno de los principales riesgos en la actualidad es que esa ira, esa rabia, está “creando oportunidades para los demagogos de ultraderecha como Trump, Bolsonaro, Orban, Salvini y otros que buscan desviar la ira justificada hacia chivos expiatorios, como inmigrantes, negros, musulmanes, etcétera. Una táctica milenaria, con graves consecuencias”.
Chomsky explicó que “el neoliberalismo fue inventado por Von Mises y otros en Viena, en la década de 1920. Es una versión particularmente salvaje del capitalismo. Ganó poder con Reagan y Thatcher, con efectos devastadores en gran parte del mundo”. “Esa es la razón básica de la ira, el resentimiento y el desprecio por las instituciones políticas que están barriendo gran parte del mundo”, razonó.
La dictadura de Pinochet, explicó el intelectual, es la que “proporcionó condiciones experimentales perfectas para la aplicación de los principios neoliberales guiados por las principales figuras de la doctrina. Fue un fracaso total. Para 1982, la economía colapsó. El Estado tuvo que intervenir radicalmente. Los economistas internacionales bromearon diciendo que era ‘el camino de Chicago hacia el socialismo’.Sin embargo, los efectos perniciosos permanecieron y continuaron“.
Chomsky concluyó agregando que ya “Margaret Thatcher expresó bien el dogma neoliberal: no hay sociedad, solo individuos, solos para enfrentar las devastadoras fuerzas del mercado. La solidaridad es un crimen. Es por eso desde la década de 1920, las principales figuras del neoliberalismo, Von Mises, Hayek y otros, han acogido con satisfacción la violencia estatal a gran escala para destruir los sindicatos y otras interferencias similares a la ‘buena economía’».
“Pinochet es un ejemplo clarísimo de esto”, finalizó.