Las críticas de José A. Murillo: Noche de miedo
En el último año en el instituto, Charlie Brewster (Anton Yelchin) por fin ha alcanzado todos sus objetivos: es uno de los estudiantes más valorados y sale con la chica más deseada del centro. Su popularidad es tal que ha comenzado a dejar de lado a su mejor amigo. Sin embargo, todo va a cambiar cuando Jerry (Colin Farrell) se convierte en su vecino, y empieza a percibir en él algo extraño. Desgraciadamente nadie, ni siquiera la madre de Charlie (Toni Collette), se da cuenta de nada. Después de observar que en la casa de Jerry pasan cosas extrañas, Charlie llega a la conclusión de que su vecino es un vampiro que se sirve del vecindario para cazar a sus presas.
Con está premisa empieza Noche de miedo, el remake de una comedia de terror del año 1985 que no era especialmente grandiosa pero si creaba situaciones muy divertidas y que resultaba una película a tener en cuenta. Fue escrita y dirigida por Tom Holland, y surge de mezclar La ventana indiscreta con Drácula y hacer un cóctel cómico con ambas. Bien, dicho esto ,el remake solo aporta una actualización contemporánea, pero básicamente es la misma historia.
Para mí no resiste la comparación con el original, siendo unos perfectos desconocidos, excepto Chris Sarandon y Roddy Mcdowell, entonces a los protagonistas se les saco mucho más partido, y a pesar de que Tom Holland también debutaba como director en la gran pantalla logró una buena pelicula. Sin embargo aquí con el elenco de actores del que disponía Craig Gillespi ha desaprovechado a todos los personajes, además de no profundizar en ellos, tampoco crea muchas situaciones divertidas, que para eso es esta película. Es posible que por ser un director de series de TV, se haya tomado la película como un capitulo de las mismas, en el que poco importan las vidas de sus protagonistas.
Empezando por Colin Farell, que no le saca todo el partido a su personaje, agradeciendo cada minuto que aparece en pantalla, generando una atmósfera muy buena, y me refiero a cuando no está convertido y transformado por los efectos CGI, apagando notablemente su interpretación, con esa maldita costumbre de hacer a los vampiros monstruos como en Van Helsing, cuando siempre se ha jugado con la belleza y sensualidad que desprenden los mismos.
Antón Yelchin va camino de convertirse en un gran actor o así lo creo yo, y al igual que en sus dos geniales trabajos anteriores que he tenido el placer de disfrutar, tanto en Star Trek como en Terminator Salvation, aquí no consigue un trabajo excepcional, a pesar de ser el personaje en el que más se centra el film, puede que por la idea que han tenido de tomarse la cinta demasiado en serio y no en hacerla más divertida.
Toni Collete está encantadora como siempre, me han gustado en todos sus trabajos que he visto de ella, y aquí más de lo mismo, pero aunque cumple como el resto, le pasa lo mismo, no aprovecha la interpretación para definir más al personaje.
David Tennant tiene el mayor reto, que era apagar la interpretación de Roddy Mcdowall, y tampoco lo consigue pero no porque él esté mal sino porque como al resto han dejado que este personaje pase casi desapercibido, restando todo el protagonismo que sí tenía en la original.
Incluso Christopher Mintz-Plasse en un personaje la mar de divertido apenas sale, pero cuando lo hace evidentemente la película gana muchos enteros. Es cierto que siempre hace el mismo papel, aquí de Enteradillo de los Vampiros, en un papel muy Friki y no poco divertido.
Imogen Poots, puedo resultar ya cansino pero es más de lo mismo, otro personaje que debe derrochar atractivo y no lo hace, eso sí, nos lo dicen constantemente lo buena que está, siendo esto algo que nos podían mostrar, sin necesidad de comentarlo tanto, claro que para eso hay grandes directores y otros no tanto.
Resumiendo, si no hemos visto la original o lo dejamos a un lado y nos sentamos a ver la película sin referencias, como no tenemos donde comparar, pasaremos un buen rato, entretenido y divertido. Por el contrario, si vamos buscando una mejora de su predecesora, que siendo honestos tampoco era una obra maestra, no resistirá la comparación.Muchas más noticias en No es cine todo lo que reluce.