Si bien ya es un juego de palabras bastante manido y poco sorprendente para hacer referencia a la ya conocida "Noche en blanco" madrileña que se celebra la noche del 11 de este mes, adquiere una nueva magnitud ante el despliegue de ideas que se podían ver en la web de tal evento. Y mantengo el tono al comprobar que, efectivamente, así denomina el colectivo NOSEARQ y A+F Estudio de Arquitectura a la fantabulosa idea de, con la excusa festiva, llenar la zona central de la plaza del Dos de Mayo, en el céntrico barrio de Malasaña, de pelotas de colores, como si de una piscina de parque infantil se tratase.
No es que uno sea muy cerrado, o no me gusten los colores, o incluso, qué demonios, jugar. Pero creo que esta propuesta es, definitivamente, absurda. Y aún más, me cuesta creer que sea la mejor presentada al concurso, en tanto en cuanto parece no cumplir demasiado bien el registro que el jurado de la convocatoria esperaba y deseaba.
Esto se entenderá al leer la resolución del mismo (aquí, la propuesta 5), y cito: "Se valora su escala urbana y la capacidad de reinvetar del espacio existente descontextualizándolo y aportando otro uso inesperado". Bien, personalmente discrepo en tal valoración excepto en que, efectivamente, es inesperado, tanto como si llenamos ese espacio de agua y representamos naumaquias (cosa, poro otro lado, bastante más sorprendente, al menos). Se escuda en el hecho de que, de día, hay muchos niños en la zona, situación curiosa, ya que el nombre del acto comienza con la palabra "noche" y se celebra en tal horario. Se justifica con un "bueno, ya lo utilizarán los niños a la mañana siguiente", algo un poco contradictorio. Supongo que ninguno de nosotros esperaría ganar un concurso para un centro de día llenándolo de actividades nocturnas. Más aún sorprende la falta de ideas, al coincidir dos de las propuestas presentadas.
Personalmente creo que las posibilidades daban para mucho más que para tomarse literalmente aquel concepto de jugar, pero hoy día todo lo que parece algo loco o atrevido es bien recibido, sin tener demasiado en cuenta otras consideraciones algo más atractivas o razonables. No solamente se trata de que la gente se lo pase bien (habrá que ver cuánta gente se atreve a "sumergirse"), aunque también sea importante, se trata de una posibilidad que raramente aparece de dar un valor nuevo a una plaza con demasiada solera como para ser desvirtuada de tal modo por una propuesta tan banal.
En última instancia dejo el enlace a una crítica que pude leer al buscar más información al respecto. Puede uno estar de acuerdo o no con tal reflexión, pero al menos, merece la pena leerla por el tono humorístico y sarcástico de alguno de los comentarios.