Dicen que en realidadMelchor monta un caballo,Gaspar un camello vagoy Baltasar una cebra, ¡qué raro!
Pero aún lo es más saberque había un cuarto Rey Mago,cuyo nombre se ha olvidadoo mejor dicho ha cambiado.
Tras adorar al niño,bajo de su elefante,dejo a un lado el turbante,
atrás el desierto ondulantelos oasis, las palmeras,sus costumbres viajeras.
Y se mudó a un lugarcubierto de nieve,repleto de duendes,de renos valientes,de trineos que vuelanHo, ho, hos, chimeneas.
Desde entonces,los niños buenos duermeny reciben regalos, ¡qué suerte!cada veinticinco de diciembrey el seis de enero del año siguiente.