La campaña electoral va adquiriendo temperatura. Las últimas semanas han sido exigentes para los candidatos, que resoplan pidiendo un tiempo muerto. Pero no es momento de detenerse. La jornada electoral ya se acerca. En apenas 10 días la sociedad española estará contando votos. En este frenesí político, con 4 partidos dispuestos a repartirse el Congreso de los Diputados, los candidatos no tienen tiempo que perder. Día tras día, debate tras debate, tienen que saber 'vender' a los ciudadanos su propuesta política de cara a los próximos 4 años.
Como decía, son días de debate. Ya no soy capaz de contar el número de programas de TV destinados a este fin. Desde entrevistas exclusivas con los candidatos, hasta tertulias en las que participan 2, 4, 6 u 8 ponentes. El momento del día escogido está elegido: la noche. Este es el momento de máxima audiencia, en el que todos estamos sentados frente a nuestro televisor. La televisión pública y las privadas se reparten el pastel.
'El debate decisivo', titulado así expresamente por Atresmedia, logró situar frente a los televisores a más de 9 millones de televidentes (el 48,2% del share total). Casi nada. Quien diría hace unos años que una tertulia política sería más vista que un Barcelona - Real Madrid. Pero claro son tiempos de crisis, y buscamos esperanza de cara al futuro.
Si se puede decir que algo triunfó el pasado lunes, fue el formato. Atresmedia (Antena 3, La Sexta) consiguió reunir a los principales partidos políticos en un espectáculo moldeado para la audiencia. Lejos de tertulias ya conocidas de otro tiempo en la televisión pública, la televisión privada busca beneficios. Y eso es precisamente lo que obtuvieron. Un modelo que se impone en Europa, y que en Estados Unidos llevan muchos años aplicando.
Los debates empiezan a hacerse populares en la televisión. 'La Sexta Noche', por ejemplo, está acostumbrada a hacerlo cada fin de semana llevando a representantes de cada punto cardinal de la ideología política. El propio Pablo Iglesias se hizo conocido acudiendo semanalmente a este programa a charlotear con Francisco Marhuenda y Eduardo Inda. El frenesí de estos debates llevaron a Pablo Iglesias a ser particularmente conocido y mediatizado entre los televidentes del programa. Fuera de él, y aprovechando el éxito del formato, se establecieron las bases para el surgimiento de Podemos, como partido político en auge.
Estamos por tanto en una época en la que la televisión y las redes sociales lo acaparan todo. Hace unos años el que quería dedicarse a la política tenía que salir a la calle, empaparse en barro y frío, para llegar a la gente. Hoy día cualquiera puede hacerlo desde su sofá de casa. Los tiempos han cambiado y la tecnología ha hecho posible ese cambio.
En 1960 se produjo el primer debate televisado de la historia. Fue, como no, en Estados Unidos. Los protagonistas fueron Richard Nixon y John F. Kennedy, en el primer debate presidencial televisado. La forma distaba mucho de ser la de ahora. Todo se veía en blanco y negro, y las redes sociales eran cosas que ni se planteaban en una época en la que los ordenadores únicamente eran propiedad de las empresas que podían permitírselo.
En España el primer debate televisado se produciría mucho más tarde, en 1993. Entonces, Internet y la informática ya existían, pero no eran accesibles a todo el mundo. Las redes sociales todavía eran un proyecto de futuro y los debates televisivos se limitaban a ser discutidos entre 4 paredes. En esa época Felipe González empezaba a ser cuestionado. El déficit y el aumento del desempleo se convertían de nuevo en problema para los españoles. Al mismo tiempo, la corrupción salpicaba de lleno al PSOE, con escándalos sobradamente conocidos (Roldán, Gal, etc). Mientras en el otro lado ideológico, el recién renombrado Partido Popular crecía en las encuestas. José María Aznar era el candidato del PP en aquellas elecciones, en las que saldría reelegido Felipe González sin mayoría.
Desde entonces, tendríamos que esperar 15 años hasta el siguiente debate. Fue en 2008, entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. En ese momento la crisis económica ya había estallado. Ese ya fue un debate en el que las redes sociales tuvieron algo que decir. Desde entonces, ya no han dejado de formar parte de nuestro día a día pre-electoral.
En definitiva, podemos ir acostumbrándonos. Algunos dicen que las de este año son las elecciones más importantes de la democracia. Por primera vez 4 partidos políticos pueden formar parte del Gobierno. Un fenómeno que no se había producido desde la transición. Y en este nuevo panorama político, las redes sociales y los debates televisados serán cruciales. Pónganse cómodos.