Nochevieja 2011

Por Smiorgan
Si la cena de Nochebuena estuvo marcada por la presencia de un 50% de vinos franceses en la mesa, mi intención para la cena de Nochevieja era la de dar protagonismo absoluto a los vinos da terriña. Así, tanto el blanco como el tinto y el espumoso de los brindis, tenían origen local.
Como sabía que mi hermana nos deleitaría de inicio con algunos canapés y entrantes de predominio dulzón (fantásticos los raviolis de mango y langostinos), no me pude resistir a que se colara entre los gallegos, un vino que empieza a ser un fijo en nuestras celebraciones, y es que gusta mucho a todo el mundo y acompaña muy bien a ciertos entrantes. Se trató en esta ocasión del Moscato d'Asti Vignaioli di Santo Stefano 2010 (DOCG Moscato d'Asti, espumoso dulce 100% Moscato, Vignaioli di Santo Stefano). Nos deleitó este vino con un color amarillo alimonado claro y brillante. Una nariz agradable y seductora, con piel de uva y ciruelas frescas. En boca se mostró fresco, con un fino dulzor que no empalaga en absoluto, muy frutal y con un carbónico tremendamente refrescante. Un moscato más fino y elegante que otros que he probado. También bastante más caro.

Los gallegos

Después de dudar entre varios vinos para el marisco, que no puede faltar en las ocasiones especiales en una buena mesa gallega que se precie, me decidí por un conocido que me había resultado muy interesante al catarlo en bodega, Pazo Señoráns 2010 (DO Rías Baixas, blanco joven 100% Albariño, Pazo de Señoráns). Un vino de un bonito amarillo pálido con jóvenes reflejos verdosos. Su nariz es de intensidad media, herbáceo en un primer plano, que deja salir luego la fruta blanca y notas florales tenues. En boca resultó seco, fresco, con una acidez viva y alegre, muy frutal y discretamente amargoso al final. Bastante amplio en boca. Un albariño muy rico y un muy buen vino que creo que aún mejorará en botella.
Cuando probé la primera de las dos botellas de este vino que compré allá por enero de 2010 en la desgraciadamente desaparecida tienda La Vitualla, propiedad del amigo José Luis Louzán en Cee, Sibaritastur me llamó culo inquieto, por no darle un poco más de tiempo. Pues bien, me guardé una segunda botella casi un año más, y la espera mereció la pena. Con la carne, entró en escena Régoa TN 2007 (DO Ribeira Sacra, tinto con crianza, Mencía y Albarello; Régoa) vistiendo de color picota granatoso intenso con ribetes donde asoma el rubí. Tiene una nariz de buena intensidad, muy agradable y elegante, con notas dulzonas como de cacao en primer plano, muy vegetal y floral, y con una presencia envolvente de frutas del bosque. En boca es agradable, con una acidez muy viva aún, cuerpo medio, frutal y muy sedoso, con un tanino muy bien integrado pero que sigue presente, y que deja un final de cacao y torrefactos muy agradable. Un vino muy muy bueno al que le ha sentado de maravilla la botella y que pide aire antes de dar de sí todo lo que esconde.
Llegaron las uvas y los brindis, y en esta ocasión quise hacer homenaje a los vinos gallegos brindando con un espumoso de estas tierras. Así pues, llenamos nuestras flautas con Burbujas de Baladiña (espumoso de elaboración tradicional, 100% Albariño, Lagar de Besada), un vino espumoso que, tras la segunda fermentación en botella, tiene una crianza en rima sobre sus lías de al menos 24 meses. Tiene un color amarillo pajizo intenso, potente, con una burbuja de tamaño medio. En nariz destacan los aromas típicos de la elaboración, con pan tostado y bollería, que dejan entrever al final la fruta blanca. En boca es amplio pero poco definido, apareciendo la frutosidad del albariño pero con la acidez totalmente domada, resultando algo saturante. Lagar de Besada elabora uno de los mejores Rías Baixas que he probado nunca, Añada de Baladiña, pero estas burbujas decepcionaron en la mesa y no las considero una buena opción.

Los foráneos

La cosa espumosa levantó cabeza gracias, como no, a un vino de esa región situada al noreste del país vecino. El Champagne Roger Coulon Brut Grande Tradition Premier Cru (AOC Champagne; espumoso 50 % Pinot Meunier, 25% Pinot Noir, 25% Chardonnay; Roger Coulon) es ya también un viejo conocido en casa. Es un champagne de color amarillo alimonado claro, con burbuja algo irregular pero persistente. Nos mostró aromas de brioche y frutos secos, con clara fruta roja suave de fondo. En boca es seco, agradable, con buena acidez y buen final muy levemente amargoso. No es un champagne impresionante, pero se bebe bien. Creo que podría ser una aceptable elección para acompañar a toda una comida.
En fin, franca presencia de los vinos gallegos en la mesa, con un Rías Baixas de calidad, un Ribeira Sacra fantástico y para seguirle la pista y un decepcionante espumoso. Atención a los Moscato d'Asti, que son un vicio y se beben solos.