Impresionante y emotiva despedida del año viejo escuchando las campanadas de La Berenguela y rodeado de peregrinos.
Como saludo al año nuevo fuegos artificiales sobre el Palacio de Raxoy.
Y después fiesta gallega: ¡todos a bailar la conga con Manuel Rossi! Una locura.
Aproveché para hacer algunas fotos aprovechando que apenas llovían cuatro gotas. Después dejamos Compostela para comer con la familia en un pueblo cercano.
Tras la visita a la catedral me dirigí al Mercado de Abastos y pude admirar un precioso Belén en el interior del templo anejo.
Pero disfrutamos tomando algún godello en Casa Pepe y tascas aledañas por la zona de la plaza de Santo Agostiño. Después tocaba otra comida familiar en otro lugar, esta vez en Cacheiras, y no volvimos hasta bien tarde a la ciudad. Curiosa costumbre celta, supongo, para tomar unos vinos o comer algo han de recorrer docenas y docenas de kilómetros en automóvil.
En fin, nosotros íbamos buscando una sirena en Compostela, ¡y la encontramos!
Hasta la próxima, Patrón y peregrinos, que este Año de Misericordia nos podamos ver en el Camino hacia el Campo de las estrellas de colores y más allá. La Playa del Rostro nos aguarda y tenemos que ir a darnos un chapuzón.
Daniel Paniagua Díez