De nuevo vuelvo a los cines Palafox; otro año más dispuesto a hartarme de cine fantástico gracias a que Nocturna. Madrid International Fantastic Film Festival ha vuelto a considerarme prensa y me ha ofrecido su siempre jugosa acreditación. Se nota la crisis, porque la mochila para prensa de este Nocturna 2015 es más modesta que la del año pasado; menos aparatosa, pero con menos espacio. Y es que la maldición económica, por muchos brotes verdes que aparezcan como alucinaciones, sigue presente con nosotros. Y si no que se lo digan a las obras que el año pasado estaban en el local de al lado de los cines Palafox y aún no han terminado...
Llego pronto, para la primera de las tres sesiones que me he preparado. Me suenan algunos rostros, ya que Nocturna, aunque es un festival internacional que está adquiriendo prestigio, no deja de ser familiar, dedicado al público (las sesiones son conjuntas para prensa y público) lo cual lo engrandece. La verdad es que congratula seguir un festival de cine desde su primera edición: ¿cómo será Nocturna dentro de siete años? ¿Seguiré estando acreditado? Aquí dejó la cuestión, por si podemos recuperarla en dicha fecha.
Elijo ver Indigenous, atraído por su sinopsis, ya que de los tráilers cada vez me fío menos (aunque también empiezo a desconfiar de los argumentos, y hasta de los productores, guionistas y directores). ¿Y qué me encuentro? A grandes rasgos, un slasher que mezcla la tendencia que se viene implantando en el subgénero de recurrir a otra cosa que no sea el killer de turno para lo que viene siendo asustar. Algo parecido a lo que ofreció Extraterrestrial en la edición anterior, solo que en esta ocasión se recurre a una de las figuras más carismáticas de la criptozoología. La factura técnica es pasable, dentro de la mediocridad que no la hace ni buena ni muy mala, pero cuenta con un guion que roza la broma: quiere ser seria, pero no lo consigue, sobre todo con unos diálogos innaturales, hechos plagados de jingoísmo estadounidense (el ejército de un país centroamericano movilizado para salvar a unos turistas yanquis [!]) y la advertencia boba del morbo mediático de los medios sociales. Bueno...
Creía que no podía ir peor, pero sí... Porque he escogido ver , apostando por la siempre innovadora categoría Dark Visions de Nocturna. Pero me encuentro con un bodrio insoportable y soporífero. Pretensión, pretensión y pretensión. Nada más. Quiere parecerse a La escalera de Jacob o Lords of Salem, pero carece del más mínimo sentido narrativo y solo es una sucesión arrogante de imágenes y diálogos inconexos. Para colmo, después me entero que en la sala 2 se ha proyectado una de las mejores películas del festival: The House of Pine Street. Vaya hostia.
Pero no todo está perdido, mi última apuesta es Apuesta segura, ya que viene firmada por Alexandre Aja, uno de los grandes directores franceses, y uno de los grandes del género contemporáneo. Horns es la rara avis de Aja, pero es un excelente producto cinematográfico. Cierto que le sobra metraje, pero es un derroche de estilo, con una apuesta estética cargada de poesía y una dirección rabiosa que exprime al máximo el potencial de Daniel Radcliffe. No menos importante es que se trata de un largometraje divertidísimo, con un gran sentido del humor y de la ironía, que encierra también su sorpresa argumental. Sin duda, es la película que confirma a Alexandre Aja como uno de los grandes directores de género de la actualidad. No obstante, antes de comenzar Horns le otorgaron el premio Nocturna Visionary Award, algo de lo que su última película es la mejor prueba.
Me vuelvo a casa, y mientras voy en el metro pido a la heurística y al método hipotético deductivo que ni Indigenous ni Another se conviertan en trilogía. Termina mi primer día en Nocturna 2015.
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