Año: 2014
Duración: 138 min.
País: Estados Unidos
Director: Darren Aronofsky
Guión: Darren Aronofsky, Ari Handel
Música: Clint Mansell
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Russell Crowe, Jennifer Connelly, Emma Watson, Anthony Hopkins, Ray Winstone, Logan Lerman, Douglas Booth, Marton Csokas, Nick Nolte, Mark Margolis, Leo McHugh Carroll, Kevin Durand, Madison Davenport, Dakota Goyo, Gavin Casalegno, Nolan Gross, Skylar Burke, Sami Gayle
Productora: Paramount Pictures / New Regency
En un mundo asolado por los pecados humanos, Noé, un hombre pacífico que sólo desea vivir tranquilo con su familia, recibe una misión divina: construir un Arca para salvar a la creación del inminente diluvio. Todo comienza cuando, cada noche, Noé tiene el mismo sueño: las visiones de muerte provocada por el agua, seguidas de nueva vida en la Tierra.
Con perdón de Pi, fe en el caos, que no la entiendo, la filmografía de Darren Aronofsky es corta pero intensa, casi impoluta. Pero el temido día en que éste podía decepcionarnos, lamentablemente, ha llegado. Noé ha sido un ambicioso proyecto, desde el momento en que empezó a gestarse con la escritura del guión durante la preproducción de La fuente de la vida.
Sus 125 millones de dólares de presupuesto convierten al film en una superproducción, lo cual, implica muchas presiones por parte del estudio. Algo que casi siempre suele ser así, y no creo que esta vez sea una excepción.
Las probables imposiciones del estudio, quizás, no hayan permitido al cineasta realizar la película que él quería, no lo sé. Lo que sé, es que Noé es una película indefinida que se encuentra a medio camino entre el blockbuster más austero y el filme argumentalmente independiente al que Aronofsky nos tenía acostumbrados. Sin embargo, en ninguna de sus dos vertientes por las que apuesta con firmeza, consigue óptimos resultados.
El guión co-escrito con ayuda de Ari Handel, creador de la historia de La fuente de la vida, productor ejecutivo en Cisne Negro y productor asociado en El luchador, respeta los puntos más conocidos por la gente; el pecado de Adán y Eva, la construcción del arca, la reunión de todas las especies de animales, el propio diluvio y la posterior búsqueda de tierra firme. El manuscrito recoge dichos elementos e introduciendo nuevo elementos, adapta el del diluvio universal de forma bastante libre, un pasaje bíblico del que casi todo el mundo conoce sus pormenores, aunque no se lo haya leído.
La libertad que se toman en su escritura Aronofsky y Handel, se traduce en una película de corte fantástico donde los ángeles caídos llamados Los Vigilantes, pueden llegar a intuirse o interpretarse como extraterrestres en su forma original, mientras que, en su forma humana son seres gigantes de piedra; semillas del Edén que hacen crecer todo un bosque en segundos; o descendientes de Cain y Set con poderes sobrenaturales.
Estos chocantes elementos no tendrían tanta importancia, si al menos, la película no estuviera emocionalmente vacía, a pesar de su intento por lo contrario, lo está. Si por algo destacan sus anteriores trabajos, es por su intensidad dramática. Esa intensidad habitual de sus otros films, se ha visto totalmente desvirtuada hasta el punto de pasar desapercibida para el espectador, que permanece impasible ante el intento de ponerle en jaque con dilemas morales.
Sea como fuere, creo que Noé es un film que le ha venido demasiado grande a Aronofsky, sus anteriores trabajos eran films más pequeños y modestos que no apuntaban tan alto como lo hace Noé. Su película más cara hasta la fecha había sido El luchador, qué para las cantidades que se barajan en la actualidad, sus 35 millones de dólares son bastante modestos.
El elevado presupuesto de Noé se lo han debido llevar sus protagonistas Russel Crowe (Gladiator) y Jennifer Connely (Réquiem por un sueño), pues la inversión en los efectos especiales está muy comedida, dejando algunos de éstos en una dudosa reputación. Mientras que los mejor realizados, contienen un exceso de información gráfica y convierten las mejores escenas, como la del asalto al arca, en una secuencia desperdiciada, ensuciada por la propia acción que emborracha al espectador en su falta de definición. Además, curiosamente guarda un gran parecido estético con los Ents matando Orcos en la trilogía de El señor de los anillos, así que no resulta muy original que digamos.
En la parte dramática, no podemos sacar el confeti y las cornetas, ni siquiera la sobreactuación de sus dos actrices, Jennifer Connelly y Emma Watson (Harry Poter y las reliquias de la muerte), las más destacables y correctas del coral reparto, completado por Russell Crowe, Logan Lerman (Percy Jackson y el ladrón del rayo) y Douglas Booth (LOL) como la familia de Noé, ninguno de los cinco, consigue hacernos sentir emoción, tristeza, alegría o melancolía. La aparición de Anthony Hopkins es casi anecdótica y no da tiempo a simpatizar con él ni su obsesión por las moras silvestres.
La importancia de Dios como villano en la historia se ve eclipsada por un villano terrenal, Tubal-Cain, interpretado por Ray Winstone (La invención de Hugo), es un descendiente de Caín, convertido en un veterano guerrero ansioso de poder, conquistas y riquezas como el Zohar, una piedra entre el oro y el fosforo que aporta riqueza a la civilización humana, aunque no se mencione más allá del prologo.
Las caracterizaciones de los personajes están lo suficientemente logradas en cada momento, pero eso no arregla la falta de credibilidad en sus actuaciones. Su utilidad se limita a situar con acierto al espectador, en la escala de tiempo transcurrido desde la primera visión de Noé hasta la prueba moral que Dios le pone a Noé.
La partitura creada por Clint Mansell, compositor de toda la filmografía de Darren Aronofsky, hace un trabajo menos personal, más acorde con el tipo de película que es Noé. Algún tema como el del asalto al arca, suena sintéticamente oscuro, no realza el clímax como para hacer de la escena algo memorable.
En algunos momentos del film se vislumbra al Aronofsky de antaño, como en los sueños de Noé, o en determinadas escenas conflictivas entre sus personajes principales, pero eso no arregla el film. Noé es una película que bajo la dirección de Paul W. S. Anderson (Alien vs. Predator, Death Race) no habría que recriminarle nada, incluso creo que habría quedado mucho más definida hacia el blockbuster. Pero creo que todos esperábamos algo más certero y personal de Darren Aronofsky. Ojalá vuelva a hacer películas más modestas, creo que se le dan mucho mejor.
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