Verlo hablar es estar ante un tipo que lo masticó todo hace rato, hizo la digestión, disfrutó junto a su familia y flamantes hijos, y ahora esta dispuesto a, de a poco, calzarse la corona nuevamente. Abriendo, al mismo tiempo, un nuevo camino; creando otra cara para su arte; que es lo que a él le importa realmente: una plataforma para poder hacer y lanzar canciones, se llame Oasis o High Flying Birds (en efecto, es como ha bautizado la banda).
Yo me pregunto: ¿la industria musical esta destruída realmente?, no, no señores; simplemente mutó, cambió. La promoción y la llegada que tuvo el anuncio de Noel ayer en otros tiempos a cualquier disquera le hubiera costado una millonada. Sin embargo ahora la publicidad la hace la gente; obviamente brindándoles el material necesario; pero no demasiado; como sacarle lentamente la manta de seda de arriba de un Rolls Royce, me imagino (¿cómo será?). Aplaudo eso; aplaudo el uso de los canales de manera adecuada. Y demostrar que el negocio sigue existiendo, pero con otra anatomía. Cambió el cuerpo, pero no el objetivo.
No se habla mucho de música, y es porque no hace falta en su caso; es obvio que será un gran disco, con canciones que ya andan dando vueltas como outtakes de sesiones oasiescas, ¡y encima aclaró que seguirá tocando los temas de Oasis!, "...Those songs are like drugs to me, and I don't think I'd ever do a gig without playing them...". Gracias. Listo; compro.
Y entro en la cuenta de Twitter de Viaje Secreto (todo llega amigos), y leo innumerables retwitteos, y respuestas, y fotos de Noel, y comentarios. El trabajo se va haciendo. Y para que dure debe ser así; lento y efectivo. En definitiva Noel terminó hablándole al mundo en "cadena-web".
Me callo porque aquí comienza mi espacio como repetidora internacional de la palabra de "The Chief":
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