Soy un verso asido al tejado
la canción sobre la que pasta el poeta
cuando el trapecista siente
la llamada perdida del alambre.
Tus labios se abrazan al silencio
y el pí pi pi de un móvil me informa
tras la abreviatura de un latido
que ha fracasado mi golpe de estado
Últimamente miro tus labios
con la emoción de poner nombre a las cosas
y la necesidad de olvidar todas las palabras.
Lo dicen las noticias
tu voz es una revolución sin alzamiento
un susurro que golpea firme el yunque de mi oído
para derrocar la democracia de cuanto pienso
Ahora, mientras oposito a tus noches
y busco en mis bolsillos
alguna fórmula que resuelva el enigma
no encuentro salario que pague la deuda.
Lo dejo estar,
tú todavía no sabes
que cuando estás sentada sobre el precipicio
yo también siento el abismo.
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