Uno de los primeros éxitos de
Disney fue el conejo Oswald. Cuando perdió los derechos sobre el personaje por una triquiñuela del matrimonio Mintz, sus productores de Nueva York, inventó al similar ratón Mickey y ya nada volvería a ser igual. Pero Oswald seguiría su andadura en la pantalla y también pasó al cómic. En los años 40 su aspecto había cambiado bastante y ya no había ninguna similitud con Mickey. En “Oswald the Rabbit and the Prehistoric Egg” (1947,
Four Color #143), John Stanley (1914-1993)/Dan Gormley (1918-1988) hacen encontrar al conejo un huevo prehistórico del que saldrá un desgarbado “gargosaurus” verde con motas rojas y la típica nariz disneyana.
Giorgio Pezzin (1949)/Giorgio Cavazzano (1947) publicaron en el
Almanacco Topolino #255 (1978) “Zio Paperone e il giocattosauro”, en la que el
tío Gilito envía a sus nietos al Amazonas en busca de un dinosaurio juguetón para exhibir en su circo. Y lo que se encuentran es realmente una mascota de varias toneladas dispuesta a arrojarse en brazos de sus dueños.
Pluto, los "jóvenes castores" y el hadrosauroide conocido
(sólo en este cómic) como Colossaurus
Carl Fallberg (1915-96) dibujó la historieta de Mickey Mouse “Stupidosaurus” (1953) en
Walt Disney’s Christmas Parade #5. Y Carl Barks (1907-2000) escribió para John Carey (1915-1987) "Let Sleeping Bones Lie" (1971) en
Walt Disney's Huey, Dewey and Louie Junior Woodchucks #8, en la que el Tío Gilito es víctima de una alucinación que le hace creer que cobra vida un fósil de
Colossaurus duckburgus woodchucki (el último nombre es una clara alusión al grupo Scout de los sobrinos de Donald, aquí conocido como "Los jóvenes castores") que ha desenterrado Pluto.
En el corto
Outta time (2019, Dave Wasson), una de las últimas apariciones de Mickey y Donald, conoceremos al
Goofysaurus.
Tú, velociraptor; yo, JaneTras el éxito de la adaptación al largometraje animado del héroe de
E.R. Burroughs Tarzán (1999), la casa del ratón produjo la serie de televisión
The Legend of Tarzan, en la que hay un par de episodios con dinosaurios: “The Hidden World” (2001, Víctor Cook) transcurre en Pellucidar y en "The Beast From Below" (2002, Don MacKinnon) Terk es asustada por un Velociraptor que se ha escapado de Pellucidar. Lo cierto es que el mundo perdido ideado por Burroughs también es patria de algunos
nomen ignotum.
Mahar de Don MarquezJunto a reptiles mesozoicos conocidos a los que los lugareños han bautizado en su propia lengua, como los
azdyryths o
sea-dyryths (ictiosaurios), los
tandorazes o
sea-tandors (plesiosaurios), los
gyor (triceratops) o los
zarith (tiranosaurios), hay fauna autóctona como los
thipdars (pterosaurios locales, para algunos serían sinónimos de pteranodón y para otros de pterodáctilo), los
mahar (ranforincos inteligentes), los
dyrodor (similares a estegosaurios, pero carnívoros), los
gorobors (enormes lagartos usados como montura por hombres-lagarto, hay quien les identifican con cotylosaurios), los
dyals (aves prehistóricas similares a phororhacos), los
lidi (saurópodos de 24 a 30 metros de longitud y 12 de altura, utilizados como bestias de carga por los thurianos) o los
trodon (nada que ver con los troodones; se trata de reptiles voladores con bolsa como la de los marsupiales).
Lidi de Russ ManningEn cuanto a los otros mundos perdidos de Burroughs, en Caspak los dinosaurios no son bautizados con
nomen ignotum, pero en Pal-ul-Don, que nos presenta en la octava entrega de la saga del hombre-mono, “Tarzan the Terrible” (1921), conoceremos a los
gryfs, ceratópsidos omnívoros multicolor de seis metros de altura.
Espectacular
gryf del madrileño Benito Gallego (guión Roy Thomas)