La nueva aventura (esta vez aérea) que involucra a Liam Neeson como protagonista se mantiene a la misma altura que la que el avión vuela en casi toda la proyección, esto es, manteniendo un acertado equilibrio entre acción, tensión y esa dosis de desconcierto que se genera en el espectador cuando intenta descifrar quién es el asesino. El gigante de 1,93 m. vuelve a demostrar por qué le sientan tan bien este tipo de papeles, convenciendo otra vez como un hombre común, con frustraciones y problemas a cuestas, pero capaz de desenvolverse con ímpetu cuando con sus manoplas reparte algunas que otras trompadas limpias.La trama tiene al actor irlandés como Bill Marks, un agente federal de aerolíneas con dificultades para controlarse con el alcohol y con ciertos dramas personales que acarrea hace años. Una vez a bordo, la intriga y el suspenso cobran vida cuando a Bill le empiezan a llegar mensajes de texto en los que se le asegura que una persona morirá cada veinte minutos a no ser que sean transferidos 150 millones de dólares a una cuenta bancaria que le especifican.
LO MEJOR:Liam Neeson secundado por una nuevamente convincente Julianne Moore. El suspenso y la acción que maneja. Muy entretenida. Bien filmada, grandes giros.LO PEOR:incongruencias en algunas determinaciones.
PUNTAJE:8