Nonagésima quinta tarde

Por Malaventura

13:15

Se presentó en la barra del bar con gestos dinámicos. Era un muchacho de mediana estatura, flaco, moreno y mirada profunda. Acababa de salir de su clase de escritura creativa. Llevaba bajo el brazo una carpeta negra de plástico con solapas repleta de papeles que, según mostró, contenían prosas y versos de diverso origen escritos a lápiz: se pueden borrar y corregir, a bolígrafo sólo se pueden tachar.

13:25

Antes el pueblo amaba a sus poetas, los leía y veneraba, existía la comunión del público con el escritor, ahora son monos de feria; y se definió a sí mismo: el último poeta de una especie destinada a desaparecer. 

13:28

Con su mediana estatura, flaco, moreno, mirada profunda y carpeta negra de plástico con solapas bajo el brazo, se tomó una cerveza, y con gestos dinámicos, el último poeta de una especie destinada a desaparecer, se marchó a fundirse con la vida cotidiana.