Nootka el asentamiento más recóndito del imperio español

Por Swivel1983

LAS PRIMERAS EXPEDICIONES.

Los rusos en su avance por Siberia  movidos por el frenesí colonial en el que se hallaban sumidos los grandes estados europeos, durante el reinado del Zar Pedro el Grande y de su sucesora Catalina I, llegaron a la Península de Kamchatka y lejos de detenerse prosiguieron su avance  hacia el este penetrando en las  tierras de Alaska, en tres décadas se adueñaron de todo el territorio fortificándolo y ganándose la amistad de los indios aleutianos, el fructuoso contrabando de pieles de nutria fue el verdadero motivo de tan rápida extensión, recordemos que la bula  menor Inter Coetera otorgada por el papa Alejandro VI en 1493 adjudicaba a los Reyes de Castilla y León “todas las tierras halladas y por hallar al oeste del meridiano que dista cien leguas al oeste de las islas azores y cabo verde”. Las sospechas sobre las actividades rusas en el Noroeste americano y el establecimiento de numerosos asentamientos al Norte de la Alta California movieron a Carlos III a tomar cartas en el asunto, permitiendo en primer lugar a la Orden Franciscana colonizar y evangelizar las costa Oriental americana y en segundo lugar organizando una serie de expediciones más allá del paralelo 60º N con instrucciones precisas.

Desde el Virreinato de Nueva España se ordenó una expedición al mando del capitán Juan José Pérez Hernández (Juan Pérez) que partió el 25 de Enero de 1774 desde el puerto de San Blas, con la misión de alcanzar los 60ºN  reconocer la zona y regresar hacia el sur siguiendo la costa, tras alcanzar la isla de la Reina Carlota y del Príncipe de Gales (54ºN) prosiguió su avance hacia el Norte, la densa niebla que impedía una aproximación segura a la costa, la escasez de agua fresca, el escorbuto  y un tiempo hostil marcaron el límite septentrional de dicha expedición en los 55ºN

La tarde del 8 de agosto de 1774 Juan Pérez  fondeó la Fragata Santiago en una rada situada a 49º 30’N bautizada como surgidero de San Lorenzo, actualmente la bahía de Nootka Sound, la tierras parecían apropiadas para tomar posesión pero estas carecían de abrigo, el fuerte viento reinante impidió clavar la cruz de madera que señalaba a las tierras como propiedad del rey de Castilla y León,  tomándose posesión efectiva en 1775 tras la segunda expedición del comandante Bruno de Herzeta.

LA OCUPACIÓN DE NOOTKA Y LAS CRISIS CON GRAN BRETAÑA.

La actividad creciente de franceses, ingleses, rusos y norteamericanos en el Pacifico Norte no pasó desapercibida, la toma de posesión  de un puesto llamado Port the Francais por el marino francés La Pérouse en la bahía de Lituya y la intención del británico Billings de encabezar una expedición naval rusa a las zona alarmó a la corona, el ministro Floridablanca remitió las instrucciones oportunas al Virrey Manuel Antonio Flores para que organizara expediciones hacia el norte y afirmaran la soberanía española en la zona, la primera expedición estaba integrada por la fragata Princesa bajo el Mando del alférez de navío Esteban José Martínez y el paquebote San Carlos bajo las órdenes del Primer piloto Gonzalo López de Haro, tras su regreso a San Blas habiendo informado de forma detallada de los asentamientos rusos en Alaska Martínez envió un informe al virrey, recomendando encarecidamente el inmediato establecimiento de un fuerte en Nutka ofreciendo su persona para dicha tarea, una segunda expedición integrada por las misma embarcaciones partió de San Blas el 17 de Febrero de 1789. El 24 de Junio se tomó posesión de nuevo de la isla llamando al lugar Santa Cruz de Nutka o Puerto de San Lorenzo, el tiempo apremiaba puesto que la expedición rusa de Billings estaba al llegar, se cortaron árboles, se preparó el terreno y sobre un cerro se erigió un edificio de madera dotado de 10 cañones, defendido por una pequeña tropa, el presidio de San Miguel. ¡¡¡sorpresa!!! Al comenzar el reconocimiento de la zona Martínez advirtió la presencia de dos buques fondeados en Nootka,  la Lady Washington capitaneada por el norteamericano Robert Gray y la Columbia ambas procedentes de los astilleros de Boston, los capitanes alegaron que se habían refugiado en la rada debido al mal tiempo y se les dejó marchar en libertad, pero como donde menos se piensa, salta la liebre, poco días después se avistó el paquebote británico Argonaut al mando del capitán James Colnett, bien pertrechado de mercancías y materiales presentándose como el gobernador inglés de Nootka,  el gozo en un pozo, Martínez les hizo saber serenamente que se encontraban en territorio de soberanía española, solicitándole la documentación, ante la insolencia del capitán inglés que alegaba que las tierras habían sido descubiertas por james Cook y pertenecían a la corona inglesa, fue apresado junto a toda su tripulación y confiscada la embarcación; ante la concurrencia de numerosos navíos extranjeros se optó por apresar todo aquel que entrase en la bahía sin la oportuna autorización.

El 29 de julio de 1789 llega la fragata Nuestra Señora de Aranzazu con una orden inesperada e irrevocable, Carlos III había muerto y el Virrey Flores mandaba desmantelar la posición, desesperado y lleno de rabia Esteban José Martínez ve que todo lo que ha hecho con trabajo y esfuerzo se iba al garete y que con toda seguridad las tierras quedarían en manos de las compañías comerciales británicas, lo incomprensible es que mientras Esteban cumplía la orden absurda recogiendo la artillería del fuerte San Miguel y desmantelando todas las fortificaciones, el virrey recibía una real orden de 14 de Abril de 1789 que mandaba mantener la posición española a toda costa, pero ya era tarde, la fragata Aranzazu había partido poco antes de la recepción de la nueva orden.

El nuevo virrey de Nueva España, el conde de Revillagigedo, comenzó su mandato con un conflicto que amenazaba con convertirse en una guerra abierta con Gran Bretaña,  iniciado por el apresamiento entre otras embarcaciones del Argonaut y su tripulación, ésta exigía la inmediata restitución de los navíos y una satisfacción justa por dicho acto de violencia, disponiendo a la Royal Navy para la guerra.

Impelido por la ordenanza real Revillagigedo organizó una nueva expedición para consolidar de nuevo la presencia española en Nootka, integrada por la fragata concepción de 22 cañones, el paquebote San Carlos y la Balandra Princesa Real, cuidadosamente equipadas y dotadas de una Compañía de Voluntarios de Cataluña encargada de constituir la guarnición del nuevo establecimiento defensivo de Nutka, las órdenes son no apresar buques ni atacar ningún asentamiento europeo en aquellas regiones. Los relatos del Teniente Coronel Pedro Alberni: “¿Quiénes, sino yo y la tropa de mi mando consiguió con el personal trabajo se lograse? Fabricando cuarteles, casas almacenes, cocinas, caminos, pozos y huertos, todo favorable para cuantos allí residían” y de Juan Francisco de la Bodega y Quadra: “a la actividad de este buen oficial y esforzado trabajo de su tropa se debe en el todo la conservación de los individuos de la fragata Concepción, el fomento de aquel establecimiento y desempeño de las atenciones que ocurrieron en tres consecutivos años, pues no sólo cultivaron abundantes hortalizas para refresco de la gente, fabricaron casas en que abrigarlas, almacenes, hornos, pozos, hospital, cuartel y explanadas para la batería”, atestiguan la premura y esfuerzos de los marinos y tropas en fortificar Nutka ya que se esperaba una respuesta inglesa, de esta manera sobre el mismo lugar que eligió Martínez se edificó el Fuerte Santa Cruz de Nootka.

   

El 3 de Junio Salvador Fidalgo en un lugar próximo a Orca Inlet plantó una enorme cruz de madera e izó la bandera de España ante la mirada orgullosa de los Voluntarios de Cataluña, tomando posesión de Alaska en nombre del rey Carlos IV, con este acto simbólico dicho 3 de Junio el imperio español en un lugar inhóspito de condiciones climáticas severas alcanzó la máxima extensión de su historia.  

EL FIN DE LA PRESENCIA ESPAÑOLA EN NOOTKA.

El 24 de julio de 1790 se firmó un Principio de acuerdo en Madrid con una declaración firmada por Floridablanca y una contradeclaración rubricada por Fitzherbert, con este acto se desmovilizaron las armadas británica y española, pero seguían existiendo desavenencias que terminaron con el Tratado del Escorial del 28 de Octubre de 1790, por el cual España se comprometía a devolver los edificios y terrenos ocupados e indemnizar a los ingleses por los bienes secuestrados y se establecía la libre navegación y pesca en el Océano Pacífico

El invierno de 1790 fue especialmente duro, la totalidad de las cosechas se perdieron por las inclemencias del tiempo y los 250 hombres destinados en el presidio de Nootka se vieron obligados a sacrificar la mayor parte del ganado, el frío, la humedad, las incesantes lluvias, el escorbuto, la disentería y otras enfermedades provocaron numerosas deserciones y evacuaciones de enfermos a Méjico, en 1790 la guarnición contaba aproximadamente con 250 efectivos, en 1791 ésta contaba con aproximadamente 70 hombres, en 1792 con pocos más de 60 y tan sólo 59 hombres en 1973, en verano de 1792 lo que quedaba de la guarnición de Voluntarios de Cataluña fue relevada por 20 hombres de la Compañía Fija de San Blas que permanecieron en el presidio hasta el 23 de Marzo de 1795.

En cumplimiento del tratado de 1790 que establecía unos límites divisorios difusos y tras numerosas negociaciones el 11 de Enero de 1794 se firmaba en Madrid un acuerdo en cumplimiento del artículo primero del nefasto tratado que supondrá el fin de la presencia española en el Norte del Pacífico, se acordaba el abandono de Nootka, de esta manera la guarnición más aislada del imperio español desmontó los cañones e instalaciones y partió hacia el sur y aunque el tratado permitía a ambas naciones establecer bases, pueblos o presidios en cualquier punto de la costa al norte de la bahía de Bodega España nunca ejerció este derecho, perdiéndose para siempre la costa noroeste de América.

BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA EN EL ARTÍCULO.

JEAN BARMAN. “The West Beyond the West: A History of British Columbia”.

JOSÉ LUIS PARDOS. “El modernizador: una aproximación a Floridablanca”.

FRANCISOC FUSTER RUIZ. “El final del descubrimiento de America: California, Canada y Alaska, 1765-1822”.

LEANDRO MARTÍNEZ PEÑAS Y MANUELA FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ. “El ejército y la armada en el noroeste de américa: Nootka y su tiempo”.

“Revista anuario de estudios americanos”.

JOSE RAMÓN CUMPLIDO MUÑOZ. “Revista de historia naval nº 111. Guerra Fría entre España y Gran Bretaña. La Crisis de Nutka”.

JAVIER SANZ. “Barretinas catalanas en Alaska en el siglo XVIII”.

FERNANDO MARTÍNEZ LÁINEZ Y CARLOS CANALES TORRES. “Banderas lejanas. La exploración, conquista y defensa por España del territorio de los actuales Estados Unidos”.