Ñoqui Sindicalista.

Por Quelacosanoquedeenpicada

Compañeros!
Yo, como ustedes, soy un ñoqui y estoy harto. Harto de los rituales. Sé, de facto, que no soy el único en esta condición. Hay varios como yo, muchos aquí presentes. Es hora de levantarnos en contra del dictador que proclamó tantas leyes para con los de nuestra clase y de sus seguidores.
Creen que no podemos contra ellos, que no somos capaces de tener la fuerza suficiente. Yo digo que: Unidos podemos. Es sólo dejarnos hervir un poco más y van a ver cuán unidos podemos ser. Por eso proclamo que sea inminente la formación de la UÑER, la Unión de Ñoquis En contra de Rituales. Organismo que luchará por varias causas. Como ser, el 29.
Lejos de ser desagradecidos, hay que admitir que cuando ese día llega, sentimos cierto prestigio. Además no todos los platos tienen su día. Somos concientes que hay casos
mucho peores, como el de nuestro viejo y querido locro, que tiene nada más que un día de gloria al año. De todas maneras, ya bastante tenemos con nuestra proclama, como para andar defendiendo causas ajenas.Es tiempo que nos revelemos contra esta fecha que nos encasilla. Que nos deja relegados al final de cada mes. Esto sin ni siquiera hablar del mes de Febrero, al cual esperamos como si fuera un mundial fútbol, una vez cada cuatro años.Esta desvalorización es una muestra de ingratitud, una desvalorización, como tantas otras.
Es que no se dan cuenta que somos uno de los platos más nobles, que siempre estamos dispuesto. A los hechos me remito compañeros: Un fideo te tarda de 8 a 10 minutos después de hervido, unos ravioles de 5 a 8. En cambio nosotros, es sólo meternos en el agua que ahí estamos, flotando. Qué digo flotando?! Saltando para que nos pesquen y nos sirvan. Creo fehacientemente que somos la opción ideal para el soltero que no sabe que cocinar. También para la madre ejecutiva que no tiene tiempo de andar con recetas elaboradas. Ñoquis, manteca y queso. ¿Quién se resiste a un plato así?
Otra situación inentendible a tratar: ¿Qué es esa historia de ponernos plata? ¿Acaso no somos los suficientemente apetitosos, que tienen que andar pagando para que nos coman? Haciendo números en el aire, multiplicando un promedio de 2 pesos por plato de cada argentino una vez al mes, en los últimos años deben ser millones los que se gastaron. ¿Por qué no utilizar ese dinero para otra cosa? Para producir más y mejores salsas por ejemplo.Para comprar un espacio más prestigioso del menú y de esta manera llegar a lo más alto del listado de pastas.
Continuo enumerando compañeros y pregunto, ¿por qué no hablar de la moda de no pasarnos el tenedor? De esa tendencia que dice que un pequeño cubo de masa se puede llamar ñoqui. De ninguna manera señores! Ya lo dijo el prestigioso cirujano plástico especialista en senos Vladimiro Gutierrez: ¨El secreto está en la forma.¨ No me refiero tanto a las canaletas, que son más de pinta que otra cosa. Pero me refiero al huequito que se hace dentro del rulo. Ese huequito lleno de salsa, es como un bombón con sorpresa en forma de sabor, que explota en la boca.
Esta situación no da para más amigos. Es como una olla a presión en la que estamos metidos.Propongo que convoquemos a una asamblea extraordinaria y votemos para que hoy, 28 de noviembre del 2008 sea el día en que el ñoqui dejó de ser un ritual caprichoso y proclamó su igualdad ante el pueblo gastronómico.
Me llena de esperanza verlos aquí reunidos a todos, desde clásicos de papa, hasta los modernos coloridos de remolacha, pasando por saborizados y los soufflé.
Les garantizo que luchando, podemos lograr que quieran tenernos en su plato sin mirar el almanaque. Y por sobre todas las cosas, sin coimas de por medio.
Me despido, no sin antes agradecer a todos los presentes y desear mucho queso rallado para todo el mundo.
Y recuerden compañeros: Juntos, somos una masa!
Ilustración: Bruna Guerreiro.