Hasta hace un tiempo llegar a la reserva no era tan fácil, el camino solo era carrozable o afirmado, ademas no existe tantos colectivos o buses que pasen por estas zonas, pero poco a poco esto esta cambiando; cada vez son mas las personas que se embarcan ya sea en movilidad propia o por su cuenta hacia estos lares y acampan en los campos verdes de Huancaya o Vilca, que son platos de fondo de la reserva.
Revisando algo de historia vemos que en la década de los años 20, el gobierno de Leguia había proyectado ejecutar una carretera desde Cañete a Huancayo, carretera que tenia varias dificultades por superar, entre ellas atravesar el cañón de Ushco, el trabajo empezó desde el pueblo de Tomas pero quedo inconcluso, debido al golpe de estado del general Sanchez Cerro. Por el lado de la costa, se realizo la carretera de Cañete a Yauyos de la década del 40, siendo el tramo de Alis hacia Tomas el único que faltaba realizar; dicho tramo fue realizado por los pobladores de las comunidades aledañas en la década del 50 y fue asfaltado por el gobierno desde Lunahuana hasta Chupaca entre los años 2008 y 2010.
Para ir a la reserva de Nor Yauyos Cochas necesitas, bloqueador solar, unas buenas zapatillas para hacer trekking y una gran cámara fotográfica para captar toda la belleza, ya que te arrepentirías no tomar fotos a tan bellos paisajes.
Salí 4 de la tarde de Lima para llegar cerca de las 11 p.m. a Huancayo y reposar en un cómodo hospedaje; al día siguiente luego de comer esos deliciosos caldos de gallina que venden en la calle Breña, me enrumbe hacia la reserva. Se toma la carretera de Chupaca, subiendo por el río Cunas pasas el pueblo de San Jose de Quero, aprecias una gran cantidad de lagunas como la de Cuncancocha y así llegas al tope de la cordillera de los andes: el abra Negro Bueno.
Toda la ruta es para tomar una y otra foto, eso si si van en movilidad propia, vayan con un vehículo en buenas condiciones, ya que en toda la ruta casi no encuentras gente ni te cruzas con ningún vehículo; luego de bajar el abra Negro Bueno pasas por las minas de carbón de Chaucha, lugar donde aun se observa los rieles del tren Chaucha-Pachacayo, el cual fue usado por Centromin y construido en 1948; luego bajas por la naciente del río Cañete hasta el poblado de Tinco, poblado muy pequeño de donde sale la repartición para la mina Yauricocha, luego de unos veinte minutos de camino siguiendo el asfaltado se llega a Huancachi, otro pueblo muy limpio y pequeño que no parece tener población (no vi ninguna persona en todo el pueblo), en donde podemos observar la virgen de la gruta, situado en lo profundo de una especie de callejón; ya son las 11 de la mañana y aun no llego a Huancaya, pero lo bueno es que lo mejor recién esta por venir.
Seguí el rumbo aguas abajo del río Cañete, hasta el poblado de Tomas, donde a pocos minutos encuentras la primera maravilla de la reserva: El Cañón de Ushco, cañón que puede ser no tan profundo (500 m de profundidad) pero es totalmente sorprendente, el ancho en la parte mas estrecha es de alrededor de 5 metros; luego de pasar la parte mas angosta la carretera va una senda que observas la vertiginosa verticalidad del cañón hasta llegar prácticamente al poblado de Alis.
Vista satelital del Cañon de Ushco
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Ya al llegar a Tinco Alis hay un desvío que lleva precisamente a lo mas llamativo de la reserva, las cataratas de Huancaya, el cual toma alrededor de 30 a 45 minutos llegar, la carretera es estrecha y polvorienta, pero los paisajes son espectaculares; desde ya, se puede observar aguas color turquesa. Es en esta ruta que puedes encontrar la primera laguna, la laguna de Piquecocha, el cual parece sacado de una postal, se puede pasear en bote en este lugar.
Avanzando por la ruta nos llegas al poblado de Vitis, el cual es uno de los primeros que encontramos y ademas es bastante pintoresco, las calles son muy estrechas, se nota que no fueron diseñadas para el transito vehicular y que nunca pensaron en ello, ya a partir de este pueblo se empiezan a observar andenes por todos lados, siendo el preámbulo de lo mas fuerte de la reserva. Después de unos minutos mas, llega Huancaya, pueblo bastante pequeño con gente muy amable, pero con pocos sitios donde vendan comida, así que traten de llevar algo que comer para que no estén deambulando por las calles. A pocos metros de la plaza de Huancaya se encuentra el mirador donde pueden observar las espectaculares cataratas color turquesa, ademas de poder caminar por su puente de calicanto, como también observar numerosos andenes por todos lados, el clima es agradable y el aire seco.
Vista Satelital de Huancaya
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Ya después de pasar toda la tarde en Huancaya, me dirigí a Laraos a pasar la noche; grande fue mi sorpresa al día siguiente, después de reponer fuerzas, que vi la laguna totalmente seca, no había nada de agua, esta laguna tiene esa particularidad, solo tiene espejo de agua en las pocas de lluvia. La otra gran belleza de Laraos esta en sus andenes, son enormes y parecen abarcar todo el valle, lo lamentable es que casi están como reliquias, de un pasado glorioso y lleno de respeto por la naturaleza, hoy casi no usan esos andenes para cultivo, por una parte porque se perdió la practica y por otro lado porque el agua ya no es tan abundante como antes.
Vista Satelital de Laraos
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Luego de observar las maravillosas andenerias de Laraos regrese a Lima por el camino asfaltado lleno de curvas ciegas, pasando previamente por Lunahuana en donde me di con la ingrata sorpresa que la comida ya no es tan agradable como solía ser, ademas de ser muy caro, una lastima que Lunahuana haya bajado su calidad de servicio, pero nada borrara los hermosos paisajes de la reserva Nor Yauyos Cochas.
Espero que para un próximo viaje pueda conocer Carania, Vilca, Miraflores, Cochas y Tanta (se necesitan varios días para ver todas las maravillas de la reserva).
FOTOGRAFIAS: NOR YAUYOS COCHAS