Para el académico de origen judío, la reacción de Israel es la de un “estado asesino” que arremete contra todo “como si se hubiera vuelto loco” y cuya arrogancia se basa en el convencimiento de que los EEUU no harán nada en su contra.
Calificó el ataque a civiles indefensos como un acto inhumano, lo que convierte a Israel en un estado peligroso capaz de las mayores atrocidades.
Según Filkenstein el estado hebreo no se habría atrevido a llevar a cabo una acción tan abominable de no haber contado con la tolerancia de EEUU, igual que cuando Israel asesinó a la joven pacifista norteamericana Rachel Corrie.
Corrie fue aplastada por una excavadora israelí el 16 de marzo de 2003, cuando trataba de detener la demolición de la casa de una familia palestina en la Franja de Gaza, y en aquella ocasión EEUU guardó silencio, denunció Filkenstein.
El pasado lunes un convoy de seis barcos que portaba ayuda humanitaria, y cientos de voluntarios abordo, fue atacado por militares israelíes con un saldo oficial de 9 muertos y decenas de heridos.