[5/10] “North” se presenta como “una road movie antidepresiva”, y algo de verdad hay en esa afirmación porque su protagonista, Jomar Henrisken, es una antigua estrella del esquí, ahora sumido en la depresión mientras trabaja en una estación como terapia que le ha impuesto su psiquiatra. Cuando se entera de que tiene un hijo de cuatro años que le está esperando en el Norte, decide ponerse en camino e ir a conocerle… primero en una moto de nieve y después esquiando. Será un viaje entre la duda de su oportunidad y la inseguridad que tiene en sí mismo, en una lucha por salir de la postración que sobrelleva con alcohol y con el espaldarazo de unos individuos tan solitarios como él que le animan a seguir adelante… porque “la vida no es fácil, pero no hay que darse por vencidos”, como le dice a la adolescente que le ayuda en su primera parada.
El paralelismo con “Una historia verdadera” (David Lynch, 1999) es grande, y va desde la misma historia tratada con enfoque humanista hasta su estructura a partir de encuentros que ilustran un modo de vida y que suponen un empujón para el protagonista hacia su meta. Cada amigo de desventuras con el que Jomar se encuentra es una pincelada en un mundo de soledad y aislamiento, de lucha por la supervivencia en un medio arduo y difícil… donde el paisaje y frío árticos son metáfora de esa realidad y también la oportunidad para disfrutar de unos hermosos parajes de nieve y vegetación. Sin embargo, salvo la historia de Lotte, la pequeña adolescente deseosa de tener compañía y conversación –vive sola con su abuela desde que sus padres la abandonaron–, el resto de los personajes carecen de fuerza y con dificultad se vislumbra la manera en que afianzan al protagonista en su proyecto.
Por eso, el noruego Rune Denstad Langlo no consigue superar su carácter episódico para componer, por acumulación, el retrato de una vida difícil donde siempre se puede empezar de nuevo… Esa es la lección que le da Ailo, ese padre que ha abandonado a su familia y que vive en una tienda esquimal, encadenado al mástil como señal de protesta contra un mundo consumista –curioso es el apunte a la tarjeta de bonificaciones por compras– y donde el calentamiento global le jugará una mala pasada… en una escena de humor surrealista. Hay otros momentos del espíritu tragicómico nórdico, intelectual y nada sentimental, sin un ápice de concesión sensiblera… pero en la cinta prima el tono dramático, con unos rostros que dan pena en su humanidad y en sus intentos por salir adelante en una vida que no comprenden pero que está ahí con sus insatisfacciones.
Con ritmo parsimonioso y sin que el drama de Jomar acabe de atrapar al espectador, la preciosa fotografía, el trabajo de sonido y la música –preciosas canciones estilo country– se levantan como principales logros de esta road movie de un padre que ve la luz en el camino –otra metáfora del film, pues a veces se queda ciego por la enfermedad– cuando sabe que tiene un hijo, y que decide entonces intentar engancharse a la vida y encontrarse a sí mismo. La película aburrirá al espectador que busque acción o tramas de Hollywood, pero puede gustar a quien prefiera un cine distinto y pequeñas historias interiores de redención humana.
Calificación: 5/10
En las imágenes: Fotogramas de “North”, película distribuida en España por Aquelarre Servicios Cinematográficos © 2009 Motlys. Todos los derechos reservados.