Nos chirría

Por Siempreenmedio @Siempreblog

El otro día en una de mis caminatas terapéuticas me acordé de cómo solían estar los suelos de mi ciudad hace unos años, era imposible avanzar un metro sin encontrar chicles pegados, convirtiendo el pavimento en un piso de lunares. Era completamente normal ver cómo tiraban los chicles al suelo sin ningún tipo de reparo ni mala conciencia. La gente iba vaciando los ceniceros de sus coches llenos de colillas en la calle, así de forma natural, abrían la puerta del coche y lo sacudían en el huequito entre la puerta y el vehículo ¡hala ya está limpito mi cochito! Estoy segura de que han visto miles de veces tirar por la ventana del coche todo tipo de desperdicios. Los dueños de los perros nos brindaban sus cacas y en ocasiones ir por la calle era una auténtica carrera de obstáculos. Beber alcohol y conducir, comportamientos irresponsables al volante, usar el agua de forma irresponsable, podría seguir enumerando ejemplos de comportamientos que han ido cambiando a lo largo de los tiempos y que ahora nos chirrían.

No digo que esto no siga ocurriendo, todavía se siguen viendo estas situaciones pero cada vez somos más a los que nos molesta atestiguarlas. Es posible crear conciencia sobre determinados temas, fomentar un uso eficiente y responsable de las energías, insistir en la participación social para mejorar la vida de los ciudadanos, generar nuevas actitudes y animar a la acción para lograr una sociedad mejor. Como tantas cosas, lo más importante es la educación, si los niños crecen recibiendo desde casa estos mensajes y observando a sus padres y la gente de su entorno actuando en consecuencia, el trabajo está hecho.

Para los que no tienen ese ejemplo están las campañas de concienciación, la mayoría de la gente cuando escucha hablar de campañas de comunicación piensa en un único objetivo, la venta, pero en muchas ocasiones se busca un cambio en la sociedad y en su forma de pensar o actuar. Una de las cosas que aprendí durante mi carrera en comunicación y que se me quedó grabado a fuego es que cambiar un hábito o una actitud lleva tiempo, mucho tiempo. Pero también supe que es posible si se hace bien y si se es perseverante.