Pero los días de fiesta, como tengo compañía, me quedo con mi pequeña en el sofá. Ella me dice, aquí, mamá y me abraza con fuerza. Allí se queda, espachurrada en mi regazo, roncando y sudando como un pollito. Pero la mar de feliz. Poco a poco me voy estirando con ella a mi lado en el sofá y pasamos uno de los ratos más bonitos de la semana. Mientras, claro está, mi bebé gigante se va con su papá a hacer cosas de tíos.
Pero los días de fiesta, como tengo compañía, me quedo con mi pequeña en el sofá. Ella me dice, aquí, mamá y me abraza con fuerza. Allí se queda, espachurrada en mi regazo, roncando y sudando como un pollito. Pero la mar de feliz. Poco a poco me voy estirando con ella a mi lado en el sofá y pasamos uno de los ratos más bonitos de la semana. Mientras, claro está, mi bebé gigante se va con su papá a hacer cosas de tíos.