¿Globalización o desglobalización?
Muchos de nosotros, quizás, hemos oído hablar que el mundo va hacia la desglobalización, sin importar la tendencia del medio, la interpretación es que los países se cierran o incrementa el proteccionismo económico. Si lo escuchamos de diarios o medios a favor del modelo económico político que ha imperado antes de la llegada de Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, entendemos que lo que está sucediendo es la emergencia del populismo autoritario y retrógrada, por otro lado, si lo escuchamos de medios menos convencionales, interpretamos que por primera vez después de muchos años, los gobiernos se están empezando a preocupar por los intereses de sus ciudadanos. En este articulo no estamos interesados en favorecer una o otra posición sino en analizar el fenómeno y cuales seres sus posibles repercusiones.
Definición de globalización
Para empezar, comencemos por definir qué es la globalización, de manera breve, la globalización es un sistema económico que permite la fragmentación de las cadenas de valor de los diversos sectores económicos fuera de sus países de origen para ser colocados en otros cuyas condiciones hacen más eficiente y productivo el fragmento, según sea el que se trate, así en la industria automotriz, podrá estar el corporativo o matriz administrativa en el país de origen, pero la carrocería, se ensamblaba en un país, el motor en otro, etc. Hay que destacar que de este sistema, no se tomaron en cuenta casi ningún tipo de condiciones relacionadas con un estado de derechos justo o mejor dicho equivalentes con el país de origen, lo que permitió que estados con mano de obra casi esclava, por no decir esclava, recibiera fuertes inversiones, quedando solo regulados a las reglas del libre mercado, cuyos operadores se encontraban en los dos grandes centros financieros del mundo, Nueva York y Londres.
Conclusiones
Dicho esto, podemos deducir que entre sus virtudes estuvieron, sobre todo, el fortalecimiento regional, pero por otro , se dañaron muchas industrias, principalmente de la manufactura de consumo, en pro de mano de obra barata y en muchas ocasiones infrahumana.
Por lo tanto, está muy difícil que se puedan romper los regionalismos que han probado su competencia para mejorar la productividad y las relaciones políticas, como Norteamérica, Europa, el cono sur, etc.. aunque no están libres de ajustes, sobre todo en materia laboral, en el caso de Norteamérica o política, en el caso de Europa.
Sin embargo, las manifestaciones de la globalización extra-regionales, están en fuerte peligro, sobre todo aquellas que relacionan a China y el extremo oriente con los principales países desarrollados, ya que no solo están en juicio los problemas laborales, sino también despierta dudas de seguridad nacional.