Nos gustan los Dramas de Disney

Publicado el 06 enero 2018 por Carlosgu82

Aunque hace bastante tiempo que he dejado atrás mi infancia, el espíritu de niña sigue tirando mucho en mi anterior, será por eso que me encantan las películas Disney, tanto de animación, como las versiones adaptadas a la gran pantalla. Por eso juntarnos todos frente a la gran pantalla, o a la pantalla plana del televisor y disfrutar de una película Disney, sigue siendo para mí un plan genial para disfrutar en familia una tarde de invierno. Bueno, puntualizo, disfrutar o sufrir. Porque no son todo alegrías precisamente, aunque todas tienden a tener un final feliz, también es cierto que no suelen empezar con muchas alegrías.

Si te pasa como a mí, eres un ferviente seguidor de todo lo que sale de la factoría Disney, te habrás dado cuenta de que las tragedias son el punto de partida de prácticamente todas y cada una de las películas Disney. Es más, podríamos llegar a pensar, que los creadores Disney tienen entre ceja y ceja a los progenitores. Te has dado cuenta que en la mayoría de las historias que cuenta Disney el padre, la madre o ambos son los protagonistas de las tragedias que dan pie a la historia de superación de sus vástagos.

¿Me acompañas y hacemos un breve repaso?

Ésto no es novedoso, ya en los clásicos las historias empezaban así. Si no mira Bambi, el pequeño príncipe del bosque, torpe y tierno, en seguida se queda sin su madre. Otro tanto le pasó a Cenicienta, que después de quedar huérfana de madre deberá lidiar con su nueva familia, que no se lo pondrá nada fácil precisamente. ¿Y qué me dices de Blancanieves? ¡Que poco le dura la alegría familia!

Podríamos pensar que en la actualidad alejándonos de los clásicos Disney la cosa fue a mejor, pero ¡Que va! Se ve que la pena vende y en Disney siguen sacrificando a los padres, e incluso al pueblo entero si hace falta, porque siguen igualito que antaño. Dime si no ¿Qué pasa en el Rey León? Disney sacrifica a Mufasa, y ¡De que forma! En el caso de Mulán la cosa va más lejos, se sacrifica a todo un pueblo. Pero ni siquiera en Forzen los progenitores logran librarse, Ariel, Bella…

Visto desde esta perspectiva las películas de Disney podrían ser una tortura, más que un momento de ocio, pero afortunadamente, y sí, digo afortunadamente terminan bien, y a lo largo de la trama a parte de ver la evolución positiva de los protagonistas, incluso se incluyen pinceladas de humor que gustan a los pequeños, y a algunos mayores también.

¿Hay alguna película Disney que haya marcado vuestra infancia? Casi seguro que sí, es que con tanto drama, y tanta emotividad, lo raro sería que no recordéis ninguna por algún motivo. A mí cualquiera de los clásicos podría valerme, pero especialmente Bambi, aquel animalito indefenso y tierno que queda sin su madre, por si fuera poco el enemigo, causante de ello es el hombre.

En cuanto al personaje Disney que más me gusta, dejo los clásicos y elijo Mulán, por su valentía, su decisión, su coraje. Está muy lejos de ser la típica princesita de Disney, y eso me encanta. Se nota una evolución, aunque eso no quita que siga los mismos patrones que caracterizan a Disney, porque también hay mucho drama, superación, risas y un final feliz.

Los dramas enganchan y atraen mucho más la atención del espectador, incluso de aquellos más pequeños e inquietos, Disney juega con ello, trasladándolo a uno, o los dos progenitores, porque de este modo la perdida impacta más, esto ayuda a empatizar más con los personajes, a alegrarte de sus progresos. Como a de más de tanto drama suele haber momentos de humor por medio y el final suele ser feliz, la tristeza inicial se olvida y hasta se les perdona.

Hay una teoría, que yo descartaría, pero que también se rumorea por ahí, la de un trauma del propio Walt Disney, al perder a su madre, aunque no me parece demasiado verosímil, pues anterior a este suceso ya se habían hecho películas bajo este sello con este mismo patrón. ¿Por qué no lo cambian? Podríamos preguntarnos, y yo digo, y ¿Para qué? Sí algo funciona así de bien durante más de un siglo, ¿Qué necesidad hay de hacerlo?