Cada vez más me llegan mensajes estilo: nos gustaría que participaras en nuestra web, o podemos hacer un intercambio de post, o alguna variante de lo anterior con un único significado final: yo hago algo gratis para un tercero a cambio de algo tan crematístico como tener visibilidad.
De entrada, lo primero que me gustaría decirles es que mido metro noventa y dos, soy rubio y tengo los ojos azules, así que soy bastante visible y destaco más de lo que me gustaría en cualquier evento que se precie. Lo segundo, el tema de tener visibilidad no es algo que me preocupe demasiado, el blog lo tengo porque me gusta escribir y a pesar de que ayuda a dar una imagen a la empresa, no es el canal más importante que tenemos.
Supongo que cada cual hace con su tiempo lo que le parezca, y cuando me llegan este tipo de propuestas me da cierta rabia el ver como usando un concepto como visibilidad, marca personal, awarness y alguna que otra idea más que nadie sabe bien como definirla, se intente usar el trabajo de una persona sin remunerarla de una forma más consistente que la visibilidad.
De entrada, los post están bajo licencia creative commons, con lo cual cualquiera puede usarlos y modificarlos con una pequeña excepción: respetar y citar la autoría y que el resultado ha de tener la misma licencia. Lo que no tiene ni pies ni cabeza es que me pidan mi contenido para quedárselo de forma perpetua e irrevocable. Son dos conceptos que a cualquiera debería ponerle los pelos como escarpias: perpetua e irrevocable. Traducido al lenguaje de la gente común es que les das tu trabajo gratis para toda la vida y no es renegociable. Mal negocio.
Todavía me río con el caso del Huffintong Post, donde a base de vivir a costa de blogueros a cambio de darles visibilidad, la señora Post (o Huffintong, no lo tengo claro ahora mismo), consiguió vender la burra por una cantidad de dinero desorbitada. La cara de los blogueros que ayudaron a alimentar el bicho fue de impacto cuando la señora Post dijo que Santa Rita, Rita Rita, lo que se da no se quita. Así que ella se hizo con una cuenta corriente saneada y a los colaboradores les salieron unas protuberancias en el frontis que impedía que pudieran cruzar el umbral de una puerta sin tener que agacharse.
Así que si otra persona nos vuelve a pedir esto de colaborar con una web, hay dos opciones, o nos pagas y el intercambio queda claro, o véndeme la moto de una forma distinta que no sea lo de tener visibilidad, que ya peinamos canas y tenemos la manía de que nos paguen por el trabajo.
Por último, es cierto que colaboramos con otras webs, pero porque nos gusta su filosofía o porque han sabido convencernos sin usar conceptos de marketing, que vuelvo a insistir, no suelen convencer a la gente que trabaja en el gremio.
Película: Angel Heart
Esto es un resumen del artículo Nos gustaría que participaras en nuestra web escrito para Exelisis. Visita la web para más información y compártelo si crees que es interesante.