En agosto de 1950, hizo su profesión solemne y fue enviado a estudiar al Colegio Internacional Santa Teresa de Roma. En este tiempo, se encontraban allí carmelitas como Gabriel de Santa María Magdalena y el joven Tomás Álvarez. Como alumnos, estaban los españoles Federico Ruiz, Eulogio Pacho y José Vicente Rodríguez, futuros insignes estudiosos de S. Juan de la Cruz. Kieran se licenció en teología con una tesis sobre la cristología de S. Juan de la Cruz y fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1955, a los 27 años.
Antes de dejar Europa, el P. Kieran permaneció un año en el desierto carmelitano de Roquebrune-sur-Argens, en el sur de Francia. Regresó a Estados Unidos en 1957, y muy pronto fue destinado al colegio de Nuestra Señora del Monte Carmelo, el teologado de Washington, D. C., para enseñar teología dogmática y espiritual, y como director de los estudiantes. En la comunidad de Washington, en ese momento, se encontraba el P. Otilio Rodríguez, recientemente llegado de España, historiador de la Orden y dedicado a los estudios de las obras teresianas. Fue precisamente el P. Otilio quien recomendó al P. Kieran que tradujera las obras de S. Juan de la Cruz para el público americano. En un primer momento, Kieran se resistió, alegando que su conocimiento del español no era lo suficientemente bueno. Otilio lo convenció, asegurándole que el español del Santo no era difícil y prometiéndole su ayuda. Así, ambos comenzaron la labor en otoño de 1957.
En 1979, el Instituto de Estudios Carmelitas (ICS) publicó una segunda edición, en la que se incluyeron dos cartas hasta entonces desconocidas, descubiertas después de 1964. Además de introducir algunas mejoras estilísticas en la versión original, los traductores añadieron un índice temático y otro de textos bíblicos. Una década más tarde, con vistas al IV Centenario de la muerte de S. Juan de la Cruz en 1991, el P. Kieran preparó una edición revisada de la traducción, a la que incorporó los últimos avances en los estudios sanjuanistas, añadiendo notas a pie de página que supusieron una gran ayuda, así como un glosario de terminología sanjuanista. Durante los últimos cuarenta años, esta traducción, en sus tres ediciones, ha vendido una media de 360 ejemplares al mes.
A finales de los años sesenta, el P. Otilio fue llamado a Roma, para dirigir el Instituto Histórico Teresiano en el Colegio Internacional de los Carmelitas Descalzos, ya denominado Teresianum, donde también ejercería más tarde como rector. Él y Kieran continuaron su colaboración por correo y durante los meses de verano, cuando Otilio regresaba a Estados Unidos. Desde este momento Kieran asumió una mayor responsabilidad en las traducciones, especialmente cuando la salud de Otilio comenzó a resentirse. Al fallecer, en 1994, a los 83 años, el P. Otilio, su sueño de promocionar la herencia teresiana en los Estados Unidos ya se había visto ampliamente cumplido.
Con todo, una parte significativa del legado literario de santa Teresa -sus cartas- quedaba aún sin traducir, y el P. Kieran asumió el reto, ya a edad avanzada. El primer volumen, con 224 misivas y una introducción con una breve reseña biográfica de sus destinatarios apareció en 2001. En 2007, el servicio de publicaciones del ICS editó el segundo volumen con las cartas restantes.
Además, el P. Kieran contribuyó al estudio de la espiritualidad carmelitana con sus propios trabajos, entre los que se encuentran innumerables artículos y reseñas. También es autor de libros como John of the Cross: Doctor of Light and Love (1999) y Teresa of Avila: The Way of Prayer, Selected Spiritual Writings (2003) o Saint Teresa of Avila for Every Day: Reflections from The Interior Castle (2006).
En la década de los años sesenta, un grupo de carmelitas, animados por el P. Otilio, entre los que también se encontraba el P. Kieran, comenzaron a pensar en la posibilidad de fundar un Instituto para promover los estudios carmelitanos. El P. Peter-Thomas Rohrbach, prior de la casa de estudios de Washington, canalizó esta inquietud y logró la aprobación por parte del Capítulo Provincial, en 1966 del Instituto de Estudios Carmelitas. El P. Kieran ha sido un miembro activo del mismo desde el comienzo. Así, por ejemplo, en 2004, presentó una ponencia sobre Ana de San Bartolomé, la secretaria de Teresa, en un simposio sobre los herederos de la santa, titulado “The heirs of St. Teresa of Avila”, celebrado en la Universidad de Georgetown.
Junto a esta labor académica, el P. Kieran fue, durante años, acompañante espiritual de numerosas personas. Impartió retiros, conferencias, seminarios y talleres, tanto en Estados Unidos como en otras naciones. Ejerció también como prior, consejero y vicario provincial, y participó en capítulos tanto a nivel provincial como general. Trabajó, además, como vice postulador en la causa de canonización de Edith Stein.
Los datos aquí presentados han sido obtenidos de un libro de estudios en honor del P. Kieran, con motivo de sus bodas de Oro sacerdotales, titulado A better wine, editado por Kevin Culligan, OCD, al que remito para una información más amplia y completa. Termino con estas hermosas palabras que le dedica P. Luis Aróstegui, ocd, encomiando su impagable labor:
«El fruto de todo este trabajo no se contabiliza por el número de volúmenes impresos o vendidos. El fruto auténtico reside en el número de personas que han descubierto “el poder de conversar nada menos que con Dios”.
Descanse en paz.