Al principio comenzaron confusos, no sabían qué dibujar, cómo hacerlo y lo más difícil de todo... cómo
manejar el espejo y la barra a la vez.
Poco a poco comenzaron a tomar forma sus maquillajes, algunos más abstractos que otros.
No sólo disfrutaban pintándose a sí mismos sino observando a sus compañeros.
Los resultados fueron muy variados, algunos consiguieron reflejar a través del maquillaje lo que pretendían (princesas, vampiros, bandera), otros pudieron presumir de obras de arte abstractas en sus rostros.
Os aseguro que se lo pasaron fenomenal. La próxima vez se pintarán unos a otros, a ver qué ocurre?