Encontrarnos en algún lugar aleatorio, sin planearlo y con la certeza de que nuestro encuentro se va a producir de forma espontánea, casi por sorpresa.
Cada noche navego en las profundidades de mi alma para recuperar un poco de esa memoria infinita que traemos en nosotros.
De diferentes formas, siempre aparece ese amor incondicional que nos tenemos. Recordándome que es indestructible, que nada puede romperlo gracias a la fuerza con la que se alimentó por incontables vidas.
Nos descubro en otros cuerpos, en otras épocas, en otras luchas. Se va tejiendo un mapa que nos lleva de nuevo a casa, a nuestro hogar, nuestro lugar.
Distancias que ya no duelen, porque su significado cambia con el paso del tiempo. La no espera, ahora la comprendo mejor. El silencio que habla un lenguaje que esta mas allá de nosotros. Dejamos que sea la voluntad, el tiempo del universo y nos soltamos de a ratos. Sintiendo cada emoción como propia, cada pensamiento se ilumina de amor, porque no se hacer otra cosa mas que enviarte amor.
El amor que expreso esta mas allá de este plano, es un amor inmenso que sana, que envuelve con ternura y es.
Me permito sentirlo y dejarlo que sea para que se transforme en lo que merezca ser. Ya no hay tiempo, la puerta se abrió una vez mas para darle paso a eso que esta llegando y provoca sensaciones inexplicables.
Nos merecemos vivir una vez mas la felicidad de un nuevo comienzo que nos da la bienvenida...