"He vaciado mi alma, cerebro y corazón de toda preocupación y he logrado un estado de tranquilidad y quietud de la mente, los cuales son requisitos para predecir a través del trípode de bronce".
Nostradamus, personaje controvertido del siglo XVI que a día de hoy sigue dando que hablar gracias a sus profecías. El francés fue primero boticario y después médico, de hecho ejerció recorriendo Francia combatiendo la temida peste bubónica e intercambiando conocimientos e inquietudes con otros médicos, cabalistas y alquimistas... más adelante iniciaría su andadura en el mundo del ocultismo y la adivinación, entrando en contacto con la alta aristocracia y pasando a la historia por su presunta capacidad para revelar el futuro, que culminaría tras la publicación de "Les Prophéties" en el año 1555.
No sé qué vínculo podía existir entre el adivino francés y los británicos Judas Priest, pero lo cierto es que el mítico grupo de heavy metal decidió dedicarle su primer álbum conceptual, publicando "Nostradamus" en el año 2008. De entre toda la extensa discografía de Judas Priest, que arranca en 1974 con "Rocka Rolla" y que, de momento, llega hasta 2018 tras lanzar "Firepower", he optado por "Nostradamus" porque creo que es el disco más especial de toda su larga trayectoria debido a su carácter único, una especie de rara avis que no dejó indiferente a la crítica (evidentemente, tampoco a los fans de la banda de Rob Halford).
Con todo, a pesar del ingente trabajo musical, de la presencia de Don Airey a los teclados, de los arreglos, de los coros, de los interludios instrumentales... el gran protagonista es, sin duda alguna, Rob Halford. Y no es el que resto de la banda esté mal, al fin y al cabo las guitarras de Downing y Tipton, la batería de Travis y el bajo de Hill suenan como deben, tienen sus minutos de protagonismo y resultan reconocibles, pero es que Halford está omnipresente. Y sí, claro, no tiene la potencia de la juventud ni esa capacidad para subir a cotas infinitas, sus agudos imposibles se dosifican, pero en "Nostradamus" su voz sí es más perfecta, más pulcra y, sobre todo, más camaleónica y adaptable, logrando meterse en los distintos estados de ánimo que tuvo que atravesar Nostradamus a lo largo de su vida. Halford logra transmitir desde el enfado, al drama, pasando por la resignación y por el tormento que debían suponerle las supuestas visiones proféticas. En mi opinión, Rob Halford está sublime interpretando, en el sentido más amplio de la palabra, cada una de las canciones del disco casi como si fuera un actor.
Os dejo con el tema "Prophecy", cantado en directo en 2010 por los legendarios Judas Priest:
Quién sabe si el futuro está escrito...
VALORACIÓN: 7'5/10