Pero aquí pasa algo raro.
En el Tetris clásico, jugamos a completar líneas con bloques que caen del cielo en grupos de cuatro, formando distintas formas. Las líneas completadas desaparecen, las piezas cada vez bajan con más rapidez y la partida termina cuando la montaña de bloques llega al borde superior de la pantalla.Después de esta prescindible presentación, hay que decir que el concepto de Not Tetris 2 es el mismo, pero aquí las físicas cambian y ya no hay cuatro posiciones por pieza ni unas filas y columnas bien definidas. Podemos rotar los tetriminos (me gusta más que tetrominós) con total libertad, y apilarlos de una forma que puede llegar a ser bastante menos ordenada que en el juego original. Una vez que Not Tetris detecta que una fila está lo bastante llena (nos va avisando mediante unas barras en el lado izquierdo de la pantalla), se elimina automáticamente todo lo que hay en ella, aunque eso implique partir piezas por cualquier sitio.
Uno de los pocos lugares de la Tierra en los que se puede llegar a leer "Luigi Wins".
Además del modo normal, el juego incluye un modo llamado "stack", en el que no se pueden eliminar las filas y donde el objetivo es conseguir la máxima puntuación posible antes de llenar la pantalla completamente. También hay dos modos para dos jugadores: "stack", muy similar al que acabo de explicar, e "invasion", donde el jugador puede usar sus propias piezas como arma arrojadiza para llenar la pantalla del adversario (en la práctica, Mario o Luigi).Los gráficos son tan retro como cabría suponer, aunque como curiosidad, el juego nos da la opción de cambiar el color por defecto. En cuanto al sonido, más de lo mismo, tres melodías retro entre las cuales no podía faltar el archiconocido Korobéiniki.
El juego se puede descargar para Windows, Linux y OSX desde la web de Stabyourself. Pesa poco más de 4 mB, así que no hay excusa para no probarlo.