1. Sonic Youth: no pop Los SY nunca tuvieron talento para las melodías, ni para redondear temas. Hablo de cerrar de manera elementalmente “pop” una pieza de música. ¿Alguien puede nombrar 5 ó 6 títulos de ellos, sacando “100%” o “Sugar Kane”? Imposible relacionar contenidos con nombres de canciones.
2. Sonic Youth y lo invariable. Un grupo que ejercita una interminable variación sobre un único campo sonoro. Un ensimismado y autista trabajo sobre una porción de audio que a lo largo de los años casi no ha variado. Todas las acusaciones de invariabilidad (como algo negativo) están justificadas. Aunque pensándolo bien, con los mismos argumentos se puede hablar a favor de ellos: hay terquedades que resultan, como mínimo, tiernas.
3. Sonic Youth y lo eternamente joven. Y sin embargo (y pese a todo lo dicho) ahí estamos. ¿Cómo nos puede seguir gustando una banda que se ha repetido tanto? Seguimos escuchando indefinidamente los mismos discos de esos cuatro desgarbados señores del ruido. ¿Dónde está el secreto?
Tal vez ya se haya dicho, pero los neoyorkinos pertenecen, para mí, a esa camada selecta de grupos portadores de un “gen de perpetua modernidad” (Velvet lo tuvo y lo tendrá simpre, Stereolab lo tiene, Radiohead lo tiene pero se le está marchitando, Coldplay no lo tiene ni lo tendrá). Cuando suena un disco de Sonic Youth todos somos (o volvemos a ser) jóvenes, al instante.
Y esa sensación sólo puede provenir de un filo, de una sensación de desacomodo constante con lo establecido, por más que lo establecido se vaya corriendo. A pesar de todos los avances de la cultura rock y sobre todo, de las audiencias que llegan al rock (ensanchamiento del acceso y posiblidades tecnológicas), sigue habiendo algo en SY que está perpetuamente desafinado/ desentonado con el oído cultural de los tiempos, con lo "correcto" y "audible". Con ese empecinamiento tan parecido a la torpeza. Y aún así nos gustan.
4. Sonic Youth y lo urbano. Y el sonido sigue siendo el de las grandes ciudades. Siguen rankeando alto como soundtrack urbano de caos de tráfico y buses y subtes y calles sucias y desperdicios. Y unos pocos momentos de “landscape”, también. Fragmentos en que parecen trasladar su sismo eléctrico a los bordes, a las afueras de la ciudad (pienso en “Diamond sea”, aquel glorioso final de “Washing machine” (1995). Y algo que siempre me gustó: los SY siempre sonarán a cuevas, a disquerías melómanas, lo que puede parecer una tontería, pero no lo es. Siempre supimos que juegan de nuestro lado: su persistencia tiene que ver, también, con su carácter de melómanos, de devotos de la cultura rock de todas las épocas.
* Los palotes previos a la configuración de la fórmula: Evol (1986)* Momentos de Sister y de Daydream nation. Muy buenos discos de los que sin embargo no logro recordar sino retazos. Y a veces ni siquiera eso.
* Momentos de “Goo”, ese buen álbum que pivotea con la etapa mainstream del grupo. * “Dirty”, entero. A pesar de ser un disco bastardeado (Geffen y demás) sigue siendo bueno. Aunque prefiero cuando el grupo suena menos duro en los golpes de batería y entra en terrenos más climáticos, como el subestimado “Washing machine”. * El clima meditabundo de “A thousand leaves” (siempre lo reescucho y me pasa lo mismo: la sensación de que nunca lo logro abarcar, y menos, recordar).
For ever Youth.