Noticia de alcance

Publicado el 02 febrero 2012 por Miguelmerino

No puedo afirmar que sea cierto. Ni siquiera puedo alegar que mis fuentes sean dignas de crédito. Es más, de muchas de ellas tengo serias dudas sobre su credibilidad. Aun así y dada la gran diversidad de conductos por los que me ha llegado la información, me creo obligado a hacerme eco, incluso corriendo el riesgo de equivocarme. Creo sinceramente que el silenciarlo, en caso de ser cierto, tendría consecuencias más funestas que las que podría tener el hecho de hacerlo público siendo falso. 

Lo cierto es que he estado mucho tiempo dándole vueltas. Lo he consultado con personas de mi confianza que, dicho sea de paso, no me han servido de mucha ayuda. Qué cierto es eso, que decía mi abuela, de que en los momentos decisivos te verás sólo. He sopesado los pros y los contras. He considerado la posibilidad, no lo voy a negar, de esconder la cabeza bajo el ala y hacer como que no me había enterado. Inútil estratagema para engañar a mi conciencia. Para bien o para mal, me criaron con ella y no hay forma de regatearla, ni recibiendo clases del mejor driblador (que cada cual le ponga el nombre que quiera, no es cuestión de añadir otra controversia más). 

Así que por fin me dije: tienes un blog. Un blog que tiene un gran número de seguidores. Por lo tanto, tienes la obligación de hacerlo público. Con todas las aclaraciones que estimes oportuno, pero eso sí, sin olvidar las directrices de tus maestros en el arte de escribir. Evitando los circunloquios innecesarios. Contando las cosas lo más claras posibles, con el menor número de palabras. Para eso el español tiene un léxico lo suficientemente amplio como para nombrar a las cosas con una palabra y no con una frase, como suelen hacer los que no tienen nada que decir. En definitiva, que estás obligado por tu conciencia y tu oficio a hacer este servicio a la humanidad. 

Y a eso me dispongo. En cuanto recuerde que era lo tenía que contaros, os prometo por la memoria de Charles Dickens ( que el próximo 7 de febrero cumplirá doscientos años) que lo haré. Sin más rodeos, ni demoras.

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