Desde que en febrero Misrata se declarara leal a las fuerzas de la oposición a Gadafi, las fuerzas de éste no han cesado en atacar mediante artillería pesada, cohetes, bombas de racimo e incluso mediante francotiradores apuntando directamente a los habitantes de los barrios residenciales. Según el derecho internacional humanitario, ninguna de estas armas debe utilizarse jamás en zonas residenciales pobladas, sino solamente contra formaciones de infantería y unidades blindadas. Las bombas de racimo, de hecho, no deben de ser utilizadas en ningún caso, porque no discriminan entre civiles y militares. La población de Misrata no tiene a donde ir en busca de seguridad o ayuda. El puerto está bloqueado y hay muchas dificultades en que les lleguen comida y medicamentos.
“En la ciudad de Misrata se vende gran parte del pescado que cocinará el final de la revolución. Asediada desde hace más de 70 días por tierra y con una comunicación marítima intermitente, sometido su puerto al bombardeo constante con cohetes Grad, sólo los aviones de la OTAN impiden que el ejército de Gadafi entre de nuevo en la ciudad.” Este texto forma parte de “Carta desde Misrata”, de Alberto Arce, periodista que llegó a esta ciudad por mar desde Malta, junto con el fotógrafo Ricardo García Vilanova, quienes no han cesado en su empeño de informar desde ahí. Muy pocos periodistas se encuentran en Misrata y la poca información que sale de ahí no resulta demasiado atractiva para los medios de comunicación a estas alturas. Las pocas publicaciones son de agencia, las consideradas “oficiales”. Y los periodistas, fotógrafos, etc. que ahí se encuentran, bajo su cuenta y riesgo, intentan por todos los medios transmitir lo que allí ocurre y concienciar a la comunidad internacional. ¿Falta de interés? ¿Poca rentabilidad? Parece que este no es el tema de moda. Desde su blog: crónicas desde el conflicto, historias humanas de los miembros de las fuerzas rebeldes y links a sus publicaciones. Sin duda, hacen falta más informaciones de este tipo. Pero estamos en lo de siempre.
Las últimas noticias “oficiales” apuntan a bombardeos a la residencia de Gadafi en Trípoli.
VANESSA PASCUAL
FOTO: RICARDO GARCÍA VILANOVA PARA ASSOCIATED PRESS