La definición de realidad aumentada viene a ser algo tal que así: Se trata de la modificación de un entorno físico mediante la inclusión de elementos virtuales. Más que modificar el entorno físico, la realidad aumentada lo complementa, lo completa, le añade datos virtuales. Es decir, amplia la realidad, respetando siempre tres premisas básicas: la información debe ser mostrada en tiempo real, en 3D y debe combinar elementos reales y virtuales ¿Para qué? Pues para hacernos la vida más fácil, se supone. De momento el modo de implantación más fiable y primitivo que se ha desarrollado es a través de pantallas, pero el objetivo final es el dispositivo ocular. Para que nos entendamos, las famosas gafas de 1.500 euros de Google. Es decir, los estímulos virtuales añadidos a la realidad llegan directamente hasta nuestros ojos sin intermediarios. Casi como implantar una cámara alternativa en nuestra retina. De esta manera podríamos seguir haciendo nuestra vida normal a la vez que por nuestros ojos desfilan toneladas de información relacionada con cualquier tema.
Podremos desayunar mientras elaboramos y guardamos nuestra lista de la compra, consultar las tareas que debemos hacer a lo largo del día… O lo que más nos interesa en nuestro caso, tener la información de los mercados al instante en nuestros ojos sin tener que recurrir a ninguna aplicación, sin abrir páginas webs o sin consultar los periódicos. O mejor aún, quizá vayamos caminando por la calle y con solo mirar un letrero, con solo observar el nombre de una empresa, podremos tener acceso a toda su información bursátil si la tuviera. ¿Por qué no?
De momento, y a pesar de todo lo que se ha hablado sobre esta tecnología, es todavía una desconocida a la que solo unos pocos elegidos han tenido acceso. Y, como todo lo novedoso, crea ciertos recelos. ¿Podrá piratearse este tipo de tecnología? ¿Servirá para manipularnos desde más adentro? ¿Llegaremos a no distinguir la realidad de la realidad virtual? ¿Nos convertiremos en zombis que miran embobados a pantallas inexistentes y que pulsan botones imaginarios en el aire? Bueno, quizá eso no se diferencia mucho de lo que hacemos hoy en día con los móviles. Quién lo iba a decir hace una década.
Os dejamos un video de lo que podría dar de sí esta tecnología.
Fernando Tablado para Mundotrading
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