A veces, encontrar el amor no es suficiente para ser feliz. Harriet Allister lo sabe muy bien. Después de un matrimonio por amor que estuvo plagado de mentiras y sufrimiento, y que terminó con la trágica muerte de su esposo en un accidente, decide abandonar Inglaterra. En Italia conoce a Pietro Falivene, un aristócrata que la ayuda a descubrir en su interior a una mujer mundana, frívola y coqueta, con el poder de volver locos a los hombres. Pero una carta avisándola de la grave enfermedad que padece su padre, la impulsa a volver a su país. Mitchell Allister, lord Greencastle, conde de Hortbock, casi no reconoce a su cuñada Harriet cuando se presenta de improviso en su casa de
Londres con la intención de quedarse allí para la Temporada. La joven tímida y recatada que se había casado con su hermano Percy se ha convertido en una seductora mujer que consigue que los hombres caigan a sus pies con un simple aleteo de pestañas. Enamorado en secreto de ella desde muchos años atrás, se debate entre el deseo de
hacerla suya y el sentido del honor que se lo impide. Pero Harriet ya no es una muchacha inocente, y cuando el pasado
disoluto que creyó abandonar en Italia amenaza con hacerse público en la rígida alta sociedad londinense, ha de tomar una decisión: someterse a la voluntad del chantajista, o pedir ayuda a Mitchell, el hombre del que se está enamorando, arriesgándose a que la desprecie.