Novedad: llega 'Maravilla' la nueva obra de Brian Selznick

Por Carmen F. Etreros


Maravillas, la nueva obra del estadounidense Brian Selznick, llegará a las librerías españolas el próximo 18 de octubre con una tirada inicial de 9.000 ejemplares. Tras el éxito obtenido con La invención de Hugo Cabret, llevada al cine por Martin Scorsesse -ganadora de un Globo de Oro al Mejor Director y cinco Oscar-, el autor vuelve a sorprender al lector con una novela gráfica que combina el texto con más de 460 ilustraciones.
Maravillas, publicada por la editorial SM, es una obra dirigida a lectores a partir de los 12 años. Narra la historia de dos jóvenes, Rose y Ben, que intentan encontrar su lugar en el mundo y que anhelan en secreto que sus vidas sean diferentes. Rose sueña con una famosa actriz cuya trayectoria registra en su álbum de recortes; Ben añora al padre al que nunca conoció. Cuando Rose lee un llamativo titular en un periódico y, cincuenta años después, Ben hace un hallazgo sorprendente en la antigua habitación de su madre, cada uno de ellos se embarca en un viaje con destino incierto.
Brian Selznick vuelve a experimentar con la innovadora forma narrativa que creó en La invención de Hugo Cabret (SM), de la que ya se han vendido más de 50.000 ejemplares en España, y la lleva aún más allá en esta novela gráfica que relata dos historias aparentemente independientes que se entrelazan a lo largo del libro hasta fundirse en un único relato acerca de la amistad, la vida, la comunicación, el universo... y otras maravillas.
La originalidad de la novela radica en la forma en la que su autor narra la vida de sus dos protagonistas: la de Ben es narrada exclusivamente con palabras, y la de Rose, sordomuda de nacimiento, a través de ilustraciones en forma de secuencias cinematográficas.
“Después de terminar La invención de Hugo Cabret quería aprovechar todo lo que aprendí haciendo ese libro para hacer uno nuevo”, señala Selznick. “Empecé a pensar en qué otra cosa podía hacer para contar una historia con imágenes, y pensé que podría ser interesante tratar de contar dos historias diferentes: una que tiene lugar en 1977 y está contada con texto, con palabras, como un libro normal; y otra que tiene lugar cincuenta años antes, en 1927, y que está narrada íntegramente con imágenes”, explica el autor.
Con este libro, Selznick se propone que “cuando el lector lea este libro, cuando lo abra y vea las ilustraciones y lea la historia, y compruebe que se unen, pueda sentir el amor que yo sentí por todos esos elementos y por los personajes”.
La inspiración
Según su autor, la historia de Maravillas se le ocurrió cuando un amigo que trabajaba en el Museo de Historia Natural de Nueva York le llevó a conocer la “trastienda del museo”, punto que servirá de encuentro para las historias de los dos protagonistas.
Más tarde, mientras escribía La invención de Hugo Cabret, Selznick vio un documental llamado Through Deaf Eyes sobre la historia de la cultura sorda en Estados Unidos. Selznick quedó fascinado al comprobar cómo, hasta la introducción del sonido en las películas en 1927, oyentes y no oyentes podían disfrutar juntos del cine. “Esa idea fue el germen de la historia de Rose”, afirma el propio autor.
Esos dos temas, junto a muchas otras maravillas de la vida diaria, crecieron en su interior hasta cristalizar este libro.
Las ilustraciones del museo están basadas en imágenes de archivo de 1927. Durante su investigación, el autor encontró o recreó los auténticos planos del museo en 1927 y en 1977 “para saber dónde se encontraba cada cosa en su momento”, señala. Sin embargo, “cuando la narración lo requería, cambié cosas y las moví”, puntualiza.
De hecho, el diorama de los lobos que aparece en el libro es real y ha sido su favorito durante muchos años; de ahí que juegue un papel importante en la narración.
El libro

Maravillas narra dos historias aparentemente independientes que se desarrollan con cinco décadas de diferencia y un punto geográfico común: el Museo de Historia Natural de Nueva York.
La historia de Ben se desarrolla en el lago Gun Flint de Minnesota, en 1977. Tras la muerte de su madre en un accidente de tráfico, Ben vive con sus tíos y sueña con encontrar a su padre. Serán un medallón y un libro encontrados en su antigua casa los que le lleven a viajar hasta Nueva York para iniciar su búsqueda. La cita “Todos estamos en el fango, pero algunos miramos a las estrellas”, de la obra teatral El abanico de Lady Windermere, de Oscar Wilde, enmarcará su periplo.
Por otro lado, en 1927, Rose, una niña con discapacidad auditiva que vive en Nueva Jersey, se rebela contra su sobreprotector padre para poder ver en Manhattan a una famosa actriz a la que admira, Lillian Mayhew. El estreno de una obra teatral protagonizada por la actriz supondrá la ocasión que Rose estaba esperando.
El Museo Americano de Historia Natural y un diorama de unos lobos se convertirán en el nexo de unión de estas dos historias que mezclan las palabras (Ben) con las ilustraciones (Rose), como si del cine mudo se tratara.
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