"El pueblo en la guerra. Testimonios de soldados en el frente de la Primera Guerra Mundial" de Sofia Fedórchenko. El Jardín de Epicuro. NO FICCIÓN
ISBN: 978-84-940159-1-5, Editorial Hermida Editores.
Libro con formato de 14 x 21,5 cms, de 136 páginas.
"La mejor literatura rusa que uno ama"."Es la imagen de la Primera Guerra Mundial más fiel y verdadera que conozco, no escrita por un escritor, sino hablada por personas que, sin sospecharlo, son todos escritores".Elias CanettiThomas Mann apreciaba extremadamente este libro. Su ejemplar de bolsillo, que se encuentra en el Archivo de Thomas Mann de Zurich, está repleto de señales, subrayados y anotaciones de distintos años.
"Han pasado cien años, dos décadas después de aquel espanto de nuevo el odio y el sufrimiento arrasaron Europa. Nunca, por más tiempo que pase, debemos olvidarlo. Para eso escribió Sofia Fedórchenko. Que sus palabras sigan haciendo justicia".ABC Cultura, Libros de vino y rosas por Manuel de la Fuente
Elogiado por Canetti, Gorki o Thomas Mann, cuyo ejemplar de bolsillo se conserva en Zurich profusamente anotado, El pueblo en la guerraes uno de los grandes clásicos ocultos de la literatura testimonial europea del pasado siglo XX. Sofia Fedorchenko (San Petersburgo, 1880 -1957) sirvió en el frente como enfermera durante la Gran Guerra, y allí fue espigando, en el duro y cotidiano contacto con heridos y agonizantes, los testimonios luego recogidos en el libro, “la imagen de la I Guerra Mundial más fiel y verdadera que conozco” (Canetti).De entre la generosa y enmarañada bibliografía que generó para explicar lo ocurrido, brilla esta pequeña joya que deslumbrará ahora,en una digna edición, a los lectores españoles.El Cultural por Miguel Cano.¿El por qué de la guerra? Los mercaderes han hecho un mal negocio y nos hacen pringar a nosotros. ( Fragmento de “El pueblo en la guerra”)Un relato sobrecogedor del que no sé si hemos aprendido algo casi un siglo después.Blog MELIBRO por Felix
Aquí podéis leer el prólogo que acompaña el libro de Elias Canetti:Ayer leí -una vez más después de mucho tiempo- uno de los libros más sinceros que conozco. Lo tengo conmigo hace cincuenta y tres años: El ruso habla, apuntes de una enfermera, diálogos que oyó en boca de soldados heridos en un hospital en el frente, entre 1915 y 1916. Todo es de una gran verdad y suena como la mejor literatura rusa que uno ama, y quizá esta literatura sea tan buena porque en ella se habla como lo hacen esos soldados heridos, la mayoría de los cuales son analfabetos. Leí hasta muy entrada la noche, el libro entero de un tirón -no es largo, aunque sí de una riqueza inaudita-; me recordó al ruso con el que hace un año volví a reencontrarme en el recuerdo: Babel. Quizá me haya hecho pensar en todos los rusos que he leído últimamente. Son fragmentos breves, pero en cada uno de ellos habita el aliento que ya conocemos por los libros largos. Allí figuran todas las maldades que los hombres pueden decir sobre las mujeres, infinidad de palizas, bayonetas, borracheras, niñas destrozadas por cosacos; al acabarlo uno se siente atrozmente oprimido, es la imagen de la Primera Guerra Mundial más fiel y verdadera que conozco, no escrita por un escritor, sino hablada por personas que, sin sospecharlo, son todos escritores.La enfermera, Sofía Fedorchenko, califica sus apuntes de estenogramas, lo cual significa que pudo escribirlos muy rápidamente y sin llamar la atención, como ella dice, pues la gente estaba acostumbrada a verla anotar todo lo relacionado con su actividad profesional. De ahí que nadie desconfiara de ella y esas frases no sufrieran tergiversación alguna.Es tal la imagen de la guerra que de ellas se desprende que todos deberíamos conocerlas de memoria.
(Elias Canetti El corazón secreto del reloj[1])
[1] “Fragmento de El corazón secreto del reloj, de Elias Canetti, traducción de Juan José delSolar. © Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2006. Reservados todos los derechos.”Hermida Editores