Uno podría creer que Annabel Green es una chica feliz y afortunada, después de todo fue elegida para protagonizar un anuncio de televisión. Sin embargo, en la vida cotidiana las cosas no son tan fáciles para ella: se siente sola, su mejor amiga Sophie le ha vuelto la espalda y su hermana padece trastornos alimenticios que preocupan a su familia. La aparición de un chico obsesionado con la música que se llama Owen servirá para que Annabel reflexione sobre su vida, escuche a su corazón y, sobre todo, explore lo que ocurrió la noche en que Sophie y ella dejaron de ser amigas.
El Ladrón del rayo. Percy Jackson y los dioses del Olimpo 1 (Novela gráfica) Rústica¿Qué pasaría si un día descubres que, en realidad, eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Pues eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir los acontecimientos más emocionantes de su vida. Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidios, es decir, el hijo de un dios y una mortal. Y como tal ha de descubrir quién ha robado el rayo de Zeus y así evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de la sabia Atenea. El ladrón del rayo da comienzo a una apasionante serie de aventuras sobre un mundo secreto.
Esta primera novela de la británica Jenny Downham —que gracias al boca a boca se encaramó en el primer puesto de ventas de Inglaterra durante semanas— no se parece a ninguna de las muchas que se han publicado sobre el mismo tema. Descubierta por el editor David Fickling —a cuyo fino olfato debemos hallazgos como la trilogía de Philip Pullman, El curioso incidente del perro a medianoche o El niño con el pijama de rayas—, la historia de Tessa ofrece una mirada mucho más amplia que el dudoso espectáculo de compartir un trance doloroso.