Jacobo ha decidido morir. Un accidente de tránsito lo ha dejado parapléjico y con dolores tan fuertes, que le hacen la vida insoportable. David, su padre, se enfrenta a la más dura de todas las pruebas: ser testigo del proceso. Mientras Jacobo viaja a un lugar de Estados Unidos donde su muerte sea posible, David soporta en Nueva York las horas aferrándose a la esperanza de una inevitable pregunta: ¿se arrepentirá su hijo en el último minuto? Casi veinte años después –con la visión de
sgastada y el espíritu atento– David reconstruye su vida en Nueva York, sus días de pintor prolífico, el accidente de Jacobo y, sobre todo, los momentos de espera junto a su familia, mientras su hijo se dirige al destino que ha elegido. El estupor del dolor no le impide presenciar la belleza con infinita atención, y su relato se convierte en testimonio de la vida misma, tan inmensa y poderosa que incluso contiene la muerte. Esta potente y emotiva novela representa de manera lúcida la narrativa de un autor que siempre se ha interesado por explorar la cercanía de los opuestos, mostrándonos que cuando la muerte es inminente, no queda más remedio que contar y reivindicar la vida.
Aquí las palabras y los silencios son igual de intensos. Una vez más, Tomás González nos conmueve con el poder de las cosas que se saben callar.
25 años después de la muerte de Borges, Alfaguara recoge los relatos que él eligió como los más memorables de la literatura universal: Poe, Conrad, Kipling y Maupassant, entre otros, se dan cita en estas páginas.
“No sé si soy un buen escritor; creo ser un excelente lector o, en todo caso, un sensible y agradecido lector.” Esta frase de Borges, citada infinidad de veces, sigue reencontrando su sentido inequívoco. El 26 de julio de 1935, en una sección de la revista El Hogar titulada “Un cuento, joya de la literatura”, Borges explicaba por qué elegía el relato de May Sinclair —“Donde su fuego nunca se apaga”— como el cuento más memorable que había leído, al tiempo que mencionaba otros once. Esa declaración ha inspirado la presente antología, que reúne un grupo de magníficos relatos de autores señeros:
“El escarabajo de oro” de Edgar Allan Poe, “Los expulsados de Poker-Flat” de Francis Bret Harte, “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, “El jardinero” y “El cuento más hermoso del mundo” de Rudyard Kipling, “Bola de sebo” de Guy de Maupassant, “La pata de mono” de William Wymark Jacobs, “El dios de los gongs” de Gilbert Keith Chesterton, “Historia de Abdula, el mendigo ciego” de Las mil y una noches, “Los regalos perfectos” de O’Henry y “De lo que aconteció a un deán de Santiago con don Illán, el gran mago que vivía en Toledo” del Infante don Juan Manuel.
A través de la vida íntima de una mujer y sus pasiones, esta novela narra una saga familiar entremezclada con la historia cultural y política de un país convulso donde todo parece estar gestándose simultáneamente. El clamor del tumulto que quiere cambiar el destino de México converge con la ruta colorida de un par de grandes de la pintura universal: Frida Kahlo y Diego Rivera.
«Un marero no se tumba aunque le aticen con todo, no se va a quejar aunque le rompan el alma, ni reconoce más ley que La Vida Loca.»
En la oscuridad, entre la selva, acecha un racimo de rostros con lágrimas tatuadas en las mejillas. Esperan el paso del tren de carga. Es el infierno que se lleva dentro. Es la furia irracional, inhumana, sórdida. Es la Mara Salvatrucha a punto de saltar sobre los indocumentados que acaban de cruzar la frontera rumbo a la tierra prometida que imaginan en el paraíso capitalista del norte.
El gran fenómeno de las migraciones, su violencia y degradación, es el motor de esta novela cubierta por las huellas que a su paso dejan las masas emigrantes, por los cambios que sacuden las costumbres locales y el lenguaje. Su territorio es surcado por el Suchiate, río que divide Guatemala y México.Ramírez Heredia ejerce en esta obra la profundidad de la mirada, las frases eléctricas y el ritmo vertiginoso que caracterizan su escritura.
¿Qué le espera a Javier Garcés en Buenos Aires? En primer lugar, la ciudad con calles adoquinadas, el cementerio y el río, un espacio donde no se siente forastero ni es un intruso. Luego, los argentinos, con sus charlas infinitas, su arrogancia y su simpatía, su caos vocinglero. Y por último, algunas cuentas que saldar, incluso a su pesar, porque para no matarse a sí mismo no tiene otra elección que matar a otros, como hará con ciertos personajes que odia o desprecia. La vanidosa dueña de una librería, un famoso y truculento periodista de radio y televisión, el apuesto dueño de un restaurante de lujo, un talentoso y decadente actor, y un odioso vecino son
parte de la selección argentina del escritor y asesino Javier Garcés. Y en tanto trama sus misiones y las ejecuta, arrasando también con perros y gatos en episodios atroces y delirantes, el hilo sangriento
que lo persigue desde Lima parece estar a punto de alcanzarlo.Con Escupirán sobre mi tumba, Jaime Bayly completa la trilogía Morirás mañana. Aquí concluye el extenso recorrido que va desde Lima hasta Buenos Aires, pasando por Chile, a lo largo del cual el protagonista liquida a sus enemigos, los cabrones de mala entraña, mientras retrata las grandes ciudades de la región, pero menos su geografía o su arquitectura que su gente, con su carácter, su habla pintoresca y sus escondidas virtudes.
En esta novela, Aurora narra su vida personal, la de los detalles hogareños, íntimos, donde la frialdad de la madre, el cariño del padre y el despertar de niña a mujer irán perfilando la trayectoria¿Cuáles les llaman?
de la pequeña de los once años que ha empezado a menstruar hasta llegar a la mujer de casi sesenta que ha pasado la vida entre matrimonios y amantes buscando, además del amor, el sentirse acompañada y comprendida. En su camino descubrirá el mundo de cuatro paredes elegido por su madre; el amor generoso de su padre, el egoísmo de los hombres, pero especialmente, la incapacidad
de los hombres y de las mujeres para comunicarse. Terminará por darse cuenta que el amor no es un eterno Edén, que también alberga el limbo y el infierno; es un eterno y cambiante campo de batalladonde “Esta noche, como cada noche, me arrojaré a los brazos de todos los hombres, cantando mis áes, mis íes, antes de que la aurora definitiva los despierte”. Esta es una historia en torno de la búsqueda del amor y de uno mismo, pero es, también, una historia diferente, porque en su tono sincero, desesperado y esperanzado, podemos sentir la piel y el corazón de una mujer ante los encuentros y desencuentros de su constante búsqueda, de sus sentimientos y dudas, de sus errores y aciertos. Diferente porque prescinde de los comunes reclamos en contra de los hombres para mostrarnos un camino donde la mujer también decide, se equivoca, huye, abandona, lucha y encuentra la otra mitad de su persona: esa sirena que todas las mujeres llevan dentro de sí; mitad humanas, mitad animales.