El elefanta desaparece comienza así: "Supe por el periódico que el elefante de la ciudad había desaparecido de su recinto. El despertador había sonado a las 6.13 de la mañana, como todos los días. Fui a la cocina para preparar café, hice unas tostadas, sintonicé una emisora FM en la radio y extendí el periódico de la mañana sobre la mesa mientras me comía la tostada. Acostumbro a leer el periódico desde la primera página, por lo que tardé un tiempo considerable en llegar a la noticia del elefante. La primera página publicaba un artículo sobre las tensiones comerciales con Estados Unidos, luego había otros sobre la SDI, sobre política nacional, internacional, economía, una tribuna libre, una crítica literaria, varios anuncios de agencias inmobiliarias, titulares de deportes y, en un rincón, una llamada a las noticias locales".
El desorden que dejas.
"El fotógrafo, un hombre de unos cincuenta y cinco años con una gran barriga que no le restaba agilidad para agacharse, caminar de espaldas, subir y bajar a todo lo que encontrara en el camino para conseguir el mejor tiro de cámara, animó a los novios recién casados a que se acercaran hasta la orilla del pantano, un poco más allá de las bañeras romanas termales. En invierno el agua del embalse solía cubrir las termas, pero como en otoño no había llovido demasiado, el nivel del agua dejaba a la vista parte de las ruinas romanas y una orilla arenosa más propia de una playa que de un río".