Novedades, noviembre de 2014: Páginas de espuma

Publicado el 27 noviembre 2014 por Kovua

Bienvenidos a Incaland® de David Roas
140 páginas 24 x 15 cm Voces/ Literatura • 205 ISBN: 978-84-8393-176-9 14,42 / 15 €
Tránsito terrorífico de vehículos. Robo con nocturnidad y alevosía de la máquina de escribir de Mario Vargas Llosa. Invasión de turistas-zombis. Puertas en ruinas que te transportan al más allá. Trenes que sufren mal de altura. ¿Ficción? ¿Libro de viajes? Uno de los máximos representantes de la literatura fantástica de los últimos tiempos, David Roas, nos da la bienvenida a Incaland®, y nos invita a acompañarle en una aventura fiel a los hechos y desbordante de imaginación.
En la mejor tradición hilarante y divertida, esta travesía peruana corrobora las palabras de Fernando Iwasaki: su autor es un “escritor desopilante, el profesor más majara que un director de serie B podría contratar”. De David Roas  se ha escrito: “Un genuino contador de cuentos que nos transmite la alegría de la invención sin escamotear los escollos que nos presenta la realidad”, J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia; “Lo cotidiano es una coyuntura espacio-temporal generalmente asociada a la rutina en la que Roas descubre acontecimientos horripilantes y, tras ellos, las ideas que más nos afectan”, Will Corral, World Literature Today; “Una carga paródica y humorística presente en casi todos los relatos que constituye un marcado rasgo de estilo”, Ricardo Senabre, El Cultural.
Ficha del libro
Como también (casi) se acostumbrará a las muchas situaciones insólitas que irán saliendo a su paso. La inmensa Lima y su tráfico disparatado, los estupendos amigos que allí conocerá, la extraordinaria gastronomía, el insensato robo de la máquina de escribir de Vargas Llosa, los 3.399 metros de altitud de Cusco (un duro reto para su hipocondría), el incomprensible acoso de las llamas, los zombis (muchos zombis), el autobús infernal (en el que tendrá que viajar dos veces), aparte de otros delirios, algunos de su propia cosecha... Como si fuera una primera confirmación de lo que está a punto de ocurrirle, en el hotel de Lima le espera la habitación 201, un número que desde hace años le persigue en la mayoría de lugares en los que se aloja y cuya excesiva repetición ha empezado a preocuparle (en un irracional acceso de pensamiento mágico). Aunque esta vez, cuando lo descubra, no sólo lo tomará como un buen augurio sino que, quizá por la falta de sueño y el inevitable embotamiento mental después de tantas horas de vuelo, cruzará la puerta de la habitación como si estuviera atravesando el umbral hacia otra realidad. La dimensión desconocida. La ficción como medida de todas las cosas. Como escala para asumir e interpretar el mundo. Nunca ha podido evitarlo. Y en este viaje tampoco lo hará. Sigue sin poder dormir. Después de sumergirse en la lectura durante más de tres horas, se funde la bombilla de la lamparita de su asiento. La azafata le dice que no puede cambiarle de lugar (el avión va lleno), que cuando pueda tratará de arreglarlo. Pero eso nunca ocurrirá. Sin luz para leer, decide asomarse a las películas que le ofrece la pantalla que reposa frente a su asiento. Con el principio de la tercera, el piloto inicia la maniobra de aproximación al aeropuerto. Lima está ya muy cerca. Y el Pacífico, oscuro y amenazante. El otro lado del espejo.
Cuentos completos de La comedia humana Honoré de Balzac
848 páginas 22,5 x 14 cm. Voces/ Literatura • 203 ISBN: 978-84-8393-174-5 Tapa dura 33,65 / 35 €
Edición y traducción de Mauro Armiño
Un escritor inmenso para un inmenso proyecto: Balzac escribió en apenas veinte años los casi cien títulos que componen una obra sin parangón en la historia de la literatura, La Comedia humana. En ella nos encontramos con una descripción totalizante de la sociedad, un estudio psicológico, político y vital, un análisis certero de la vida en la ciudad y en el campo. No existe un conjunto de ficciones que, por ahora, haya sido capaz de revisar con tanto acierto una sociedad, y ninguno tan ambicioso. Reunidos, traducidos y editados por Mauro Armiño, este volumen aglutina todos aquellos cuentos breves y relatos extensos que Balzac incorporó a su vasto proyecto. Aquí aparecen las principales venas temáticas de su obra, y descubrimos los gozos y los desastres del pensamiento enfrentado a una sociedad que sustituyó los valores por los intereses, con el oro por icono de las relaciones sociales. Se trata sin duda de un atractivo corpus, dependiente e independiente al mismo tiempo, que constituye una de las cumbres de la narrativa breve. En esta edición están todos los cuentos de una verdadera comedia humana.  Inmenso Balzac.
Ficha del libro
La bolsa No parece que se haya conservado el manuscrito de este pequeño relato que hubo de esperar a la segunda edición de las Escenas de la vida privada (1832) para ser publicado. «La bolsa» respira un ambiente de interior semejante al de las primeras novelas de Balzac escritas en torno a 1829; la anécdota remite a una efímera moda extendida durante la Monarquía de Julio, el regalo social de bolsas entre ambos sexos que Balzac volverá a emplear en La piel de zapa (1831), por ejemplo; pero no solo él: Armance, protagonista de la novela homónima de Stendhal (1827), ya le había ofrecido una, como símbolo amoroso, a Octave de Malivert; algo más tarde, la bolsa que Aimé d’Alton había bordado para Alfred de Musset se convierte en arranque de una obra de este poeta romántico, Un capricho (1837). Balzac teje una escena doméstica que relaciona a dos vecinas samaritanas con un joven pintor al que su talento artístico ha permitido superar la miseria de su educación: un leve accidente desencadena ese encuentro que provoca un amor a primera vista; pero esta pintura de interior no es tan idílica como podría dar a entender su esquema: Balzac traza un cuadro lleno de claroscuros al reflejar el momento concreto de una época: esos dos jóvenes sin padre o con padre equívoco se mueven en un ambiente en el que jirones de dorados de antaño tratan de ocultar las estrecheces del presente. Las dos vecinas del joven pintor son los lastimosos restos de una existencia dedicada a la gloria de Francia que la vuelta de los Borbones ha soltado como lastre; no solo la señora Leseigneur y su hija han sido condenadas a una semi-indigencia; también sus viejos amigos que las socorren con un ardid que no hiera su orgullo –orgullo de otra época–, se han visto frente a los escollos impuestos por el paso de la historia reciente, el Imperio, la primera y la segunda Restauración, el interregno napoleónico de los Cien Días, que dentro de poco rematarán la Revolución de Julio y su corolario, el nuevo advenimiento de los Borbones con Luis XVIII en 1830. Por la señora Leseigneur ha pasado la historia dejándola viuda, con una hija y una penuria en la que no ha vivido nunca: su rango social estaba incardinado en el Antiguo Régimen, y tiene, como su hija, ese espíritu de galantería y politesse que la induce a desvivirse para poner buena cara a los estragos del infortunio. El engaño de la bolsa responde a esa forma antigua de relaciones sociales y al juego picaresco de dos enamorados; pero la bolsa «robada» también es una prueba que el pretendiente, como en los juegos sentimentales de las comedias de Marivaux, ha de pasar, y superar, en un mundo donde todo son sospechas, en un París por el que pululan sobre todo ganapanes y aventureros sin ningún miramiento hacia los «buenos modales»; solo en esos buenos modales y en esas buenas costumbres pueden cristalizar los sentimientos de los dos jóvenes protagonistas.