Novedades, septiembre de 2013: Tusquets Editores (II)

Publicado el 26 septiembre 2013 por Kovua


 
Liquidación final (MAXI) de Petros Márkaris
POLICIACOS (F). Otros
Septiembre 2013
MAXI MAX 014/7
ISBN: 978-84-8383-754-2
País edición: España
344 pág.
8,60 € (IVA no incluido)

Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los griegos empobrecidos por la crisis sólo pueden indignarse ante el escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la situación. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la acción y tomarse la justicia por su mano. Con cartas de amenaza y armas anticuadas, se dispone a ajustar cuentas. Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo está patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios. No hay crímenes, sólo rutina y burocracia. Cuando encuentran el cadáver de la primera víctima que se cobra ese peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio. Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han recortado el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no encuentra trabajo. Y él tiene que atrapar a un asesino que realiza una obra «providencial», aplaudida por muchos ciudadanos.
Ficha del libro
Están sentadas la una frente a la otra en dos sillones de respaldo bajo y con reposabrazos de madera. Ante ellas, sobre una mesita, hay un televisor del tamaño de un viejo monitor de ordenador, y está encendido, pero ninguna de las dos mira la pantalla. Tienen los ojos cerrados y la cabeza vencida a un lado. En la calle, un emigrante toca en el acordeón uno de aquellos valses con los que, antaño, los recién casados inauguraban el baile tras el banquete de bodas. Las otras dos están en la habitación contigua, un dormitorio, tendidas en una cama de matrimonio y con la mirada fija en el techo. Las cuatro visten con sencillez, con ropa barata como la que venden en las tiendas de los barrios humildes. Tres de ellas llevan chaqueta de lana negra, porque llovizna y hace fresco. La cuarta luce un vestido pasado de moda, con un estampado de florecitas silvestres. Las dos mujeres que están en la salita llevan medias gruesas y zapatos negros planos. Las otras dos, como buenas amas de casa, han dejado sus zapatillas junto a la cama y se han acostado sólo con las medias. Kula pasa por mi lado, mira a las mujeres de los sillones y se santigua. —¿Qué más nos queda por ver? —se pregunta. El piso, que está en la segunda planta de un edificio en la calle Eólidos, en el barrio de Egaleo, no tiene más de sesenta metros cuadrados. La salita y el dormitorio dan a la calle, mientras que la cocina y el pequeño cuarto de baño lo hacen a un patio de luces. Me acerco a la mesa cuadrada de madera, cubierta con un mantel bordado, y vuelvo a leer la nota: «Somos cuatro mujeres jubiladas, solas en el mundo. No tenemos hijos ni perros. Primero nos recortaron la pensión, nuestra única fuente de ingresos. Después tuvimos que buscar a un médico privado para que nos recetara nuestros medicamentos, porque los médicos de la Seguridad Social estaban de huelga. Cuando por fin conseguimos las recetas, en la farmacia nos dijeron que no servían, porque la Seguridad Social les debe dinero, y que tendríamos que pagar las medicinas de nuestro bolsillo, de nuestra pensión recortada. Nos dimos cuenta de que somos una carga para el Estado, para los médicos, para las farmacias y para la sociedad entera. Nos vamos, así no tendréis que preocuparos por nosotras. Con cuatro jubiladas menos, mejorarán vuestras condiciones de vida».
Vive como puedas (MAXI) de Joaquín Berges
NARRATIVA (F). Novela
Septiembre 2013
MAXI MAX 038/1
ISBN: 978-84-8383-734-4
País edición: España
304 pág.
8,60 € (IVA no incluido)

Por más que le recomienden tomarse las cosas con calma, y que su mujer, naturista convencida, quiera inculcarle los hábitos de una aburrida vida sana, Luis no gana para sobresaltos. Su primera mujer, Carmen, se ha casado con su primo Óscar, un arribista que no sólo se ha quedado con ella sino también con el puesto al que aspiraba Luis en la empresa de energía eólica para la que trabaja. Entre llamada y llamada de su madre para hablarle de la tensión arterial, Luis intenta resolver los conflictos de su hijo pequeño en el colegio, preocuparse de los líos de sus hijos mayores con las drogas de diseño, asumir que sigue enamorado de Carmen y aplaudir las actuaciones de un peculiar payaso que conoce gracias a sus hijos. Mientras, el viento hace girar las palas de los aerogeneradores como saetas de un reloj que descuenta el tiempo que le queda de vida. Así, entre complicaciones crecientes y vivencias al límite, el equilibrio algo inestable de su situación inicial acaba volviéndose un descontrolado desequilibrio estable lleno de giros hilarantes.
Ficha del libro
Escribo sobre la mesa que hay en mi dormitorio. Sandra está dormida. Los niños casi. Acabo de escuchar el lamento de Everest pidiendo agua o pis. No he llegado a entender lo que ha dicho, ni falta que hace. El ciclo de los fluidos orgánicos es reversible: si le doy agua no tardará en tener ganas de hacer pis y, si hace pis, dentro de un rato pedirá agua. Los mayores están en la buhardilla chateando por internet con sus amigos virtuales, que básicamente son sus amigos reales sólo que enmascarados mediante un nick y un avatar. Su comportamiento también es cíclico aunque no reversible. Más bien incomprensible, inadmisible y otros adjetivos terminados en –sible. Sin embargo me gusta que pasen los fines de semana en casa, entre otras razones porque me recuerdan a su madre, a quien cada vez tengo menos oportunidades de ver. Siento la obligatoria y tal vez ridí