A veces, al mirar hacia atrás y recordar las increíbles expediciones de Spirit y Opportunity, sobre la superficie marciana, se nos hace difícil darnos cuenta que estos incombustibles robots son en realidad herramientas geológicas. Estos dos robots fueron enviados a Marte para estudiar sus rocas, horadarlas con sus herramientas de abrasión, y luego analizarlas lo mejor que puedan. Pero los científicos están ahora impulsando el envío de una nueva clase de instrumentos científicos hacia el espacio, y uno de estos nuevos dispositivos es el espectroscopio láser de ruptura inducida (LIBS). Este nuevo instrumento se basa esencialmente en pulsos láser de alta intensidad para descomponer las rocas, y después analizarlas a fondo.
Al principio, LIBS era un sistema muy complicado, que sólo podía ser operado por un científico altamente especializado. En este momento, LIBS ya ha sido diseñado de tal manera que un técnico puede manejarlos sin apuros. Esto significa que esta herramienta se puede utilizarse en muchos ámbitos, que van desde la exploración del espacio a la ciencia forense. "Las mismas cosas que lo hacen apropiado para ir a Marte también hacen que sea apropiado para salir al campo", explica el químico de la Universidad Internacional de Florida, José Almirall.
El experto es el beneficiario de una subvención del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, para estudiar las posibles formas en que podría emplearse LIBS en distintos laboratorios especializados en delincuencia en todo el país. Además de tener la capacidad de descomponer las rocas, el espectroscopio también puede fundir el acero, lo que le permite buscar los diferentes componentes que tiene en su interior.
La NASA ha decidido dotar a su robot Mars Science Laboratory (MSL), ahora llamado Curiosity, de un instrumento llamado ChemCam, que también portará un LIBS. En este momento este nuevo explorador marciano tiene su fecha de lanzamiento prevista para el próximo año. El sistema de a bordo del robot dispara tres pulsos de láser por segundo, en una longitud de onda de 5 nanómetros, y una intensidad de energía de 10 megavatios. Los investigadores dicen que esto no es suficiente para perforar un agujero a través una mano, pero en la piel expuesta a este rayo queda una cicatriz.
"Me he disparado a mí mismo y sólo podrá ver un pequeño punto, si hablamos de un sólo un disparo de láser", comenta el científico espacial Roger Wiens del Laboratorio Nacional de Los Alamos National Laboratory (LANL). Wiens fue el líder del grupo que desarrolló el instrumento ChemCam para la Curiosity. "Yo estaba buscando otras tecnologías para llevar al espacio y un colega de aquí [en LANL] me llevó a su laboratorio y me mostró un pequeño láser del tamaño de un cigarro y una roca en una habitación. Tenía el láser conectado a una pila de 9 voltios, cargó algunos condensadores durante unos segundos, y luego zas, a través de la sala, hubo una chispa", y así fue como comenzó el trabajo en el instrumento de MSL.
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