Tipos de novela policíaca
Antes de introducirnos en el estudio de los diferentes tipos de novela policíaca, es importante subrayar que el escritor debe tener en cuenta lo que el lector espera de él y dárselo. Cuando un lector de novela de misterio se sumerge en la historia que has escrito, tienes la obligación, como escritor, de satisfacer sus expectativas y, para ello, es obvio que necesitas conocer cuáles son.
Por ello es esencial, si es que quieres que el lector te lea, ceñirte al tipo de literatura que ese lector determinado busca. No es lo mismo escribir para alguien al que le gusta la novela policíaca clásica, que para alguien que prefiere la novela negra.
De ahí la importancia de conocer las características de los subgéneros policíacos.
El clásico Quién lo hizo (whodunit)
En este tipo de novelas partimos de un punto interesante: cuando el lector comienza a leer la historia, sabe que acabará bien. Sabe que en la última página, el criminal habrá sido atrapado y pagará por sus crímenes. Sabe que la Justicia imperará sobre todas las cosas. Sabe que la novela se ha desarrollado en un mundo que el delincuente ha alterado, convirtiendo su armonía en caos, pero al que el detective devolverá el orden. Y lo sabe porque, desde que Poe comenzara este subgénero, la historia de detectives clásica ha tratado precisamente eso: restaurar el orden en un mundo que lo había perdido.
De modo que, las novelas, conocidas en el mundo anglosajón como whodunit, persiguen un fin: el del bien que triunfa sobre el mal, y eso es lo que espera encontrar el lector de este tipo de novelas, así que, si quieres tener éxito con ellas, eso es lo que debes darle.
El Hard-Boiled
Frente a escenarios idílicos, como el St. Mary Mead de miss Marple, las historias Hard-Boiled se desarrollan en ambientes urbanos de la América conflictiva. En este mundo, el asesinato no es una aberración, entre otras cosas porque el orden no existe y, por tanto, no puede ser perturbado.
En las típicas novelas policíacas clásicas, la armonía de una comunidad se ve alterada en el momento en que la víctima muere. Sin embargo, en las novelas Hard-Boiled, la víctima es asesinada en un mundo que ya está patas arriba. Un mundo en el que la justicia y el orden no existen, y tampoco lo van a hacer después. Es un mundo en el que la policía es corrupta y que exige un tipo distinto de detective. Jamás un Hércules Poirot o una miss Marple podrían habitarlo, porque en este mundo no es la inteligencia lo que se requiere para resolver un caso, sino el enfrentamiento directo entre el detective y el criminal, habitualmente con abundancia de violencia. En este tipo de novelas, la Justicia, como se apuntó antes, no existe, por tanto cualquier prueba que pueda encontrarse sobre la culpabilidad del asesino es accesoria, ya que jamás será llevada hasta un juzgado. Aquí impera otro tipo de ley y la justicia es la que cada cual se toma por su mano.
Las historias policíacas procedimentales
Aunque no se tiene claro el origen de este tipo de historias, lo cierto es que alguien un día abrió los ojos y encontró una nueva posibilidad para la novela policíaca, alejada tanto del detective inteligente y perspicaz, tipo Hércules Poirot, como del detective privado que se mueve en la sórdida atmósfera de las ciudades con tanta soltura como el criminal.
Y nació una nueva figura de detective y un nuevo mundo. Un mundo en el que los policías hacían su trabajo y lo hacían bien, policías que utilizaban métodos científicos para descubrir al asesino, pero también echaban mano de la violencia cuando era necesaria. Policías que no eran ni chapuceros ni corruptos.
Nuestro nuevo policía no es un tipo solitario. Trabaja en equipo, junto a otras personas que investigan también el crimen. Cada cual con su propio cometido: el forense, el fiscal, el detective, el inspector incluso el agente de uniforme. Todos tienen una labor que hacer y entre todos resuelven el caso.
En este tipo de novelas, la policía utiliza métodos a la antigua: busca huellas de zapatos, comprueba coartadas, examina la hora del reloj que quedó marcada cuando cayó al suelo y se paró…, pero también hace uso de los avances científicos. Y al lector le encanta. Le asombran y seducen los métodos que se utilizan en la investigación actual.
Con el tiempo, este tipo de historias se extendió y abarcó un mayor repertorio no restringido únicamente al ambiente policial. Kay Scarpetta es una forense. Es cierto que forma equipo con un detective de la policía, Pete Marino, pero las novelas de Patricia Cornwell, pese a que desarrollan una amplia labor detectivesca, giran en torno a la morgue donde Kay trabaja. Y esta moda ha trascendido las páginas de un libro y llegado a la pequeña pantalla con series como CSI.
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Fuente: How to write killer fiction, Carolyn Wheat.
Fotografía: David Marcu, Unsplash.