Novelas que no te dejan indiferente (II): Legado en los huesos, de Dolores Redondo

Publicado el 30 noviembre 2014 por Danieldrozadal

Autora: Dolores Redondo
Título: Legado en los huesos
Año de publicación: 2013
550 páginas
Destino Ediciones. Colección Áncora y Delfín
ISBN: 978-84-233-4745-2


 Cuando una novela te deja un buen sabor de boca y deseas leer esa segunda parte que sabes que existe pues la has visto publicada, la has visto en librerías y en las bibliotecas donde sueles acudir y la has visto comentada, y con buenas críticas sobre todo, en algunos blogs literarios, actúas en consecuente. Esto es, intentas encontrar un ejemplar y, sobre todo, y lo más importante para un lector seguidor de novela negra, el momento adecuado y la tranquilidad necesaria para leer esa obra literaria y degustar ese "manjar" de las letras.

   Ha querido la casualidad que acabase de leer la novela, que comparto hoy, y empezase a escribir estas líneas, la misma semana que el tercer libro de la trilogía de la que forma parte esta novela se publicase y se presentase entre otros puntos, en la Librería Negra y Criminal de la ciudad de Barcelona (presentación a la que finalmente no pude asistir).

   Como apunté cuando publiqué la entrada de El guardián invisible (ver aquí) esa novela me entusiasmó al ser algo diferente a lo habitual, al presentar elementos que te atrapaban como lector y que, como seguidor de novela negra, no sueles ver en ninguna obra literaria de este género literario. Pues bien, con Legado en los huesos, he vuelto a tener esa misma sensación que con la primera novela de esta Trilogía del Baztán. De nuevo ese "algo diferente" ha hecho acto de presencia dejando otro buen sabor de boca y captada la atención desde el primer momento.

   Legado en los huesos es la segunda novela que Dolores Redondo ha escrito de la Trilogía del Baztán y tiene, de nuevo, de personaje protagonista a la inspectora de homicidios de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar, una figura clave en esta serie literaria, pero que está muy bien secundada por una serie de personajes (su marido James, su tía, sus hermanas, el inspector Montes, su equipo de investigadores, etc) para nada secundarios que le aportan parte de la esencia de lo que es Amaia Salazar y que son complementarios.

Quien quiera acercarse a esta segunda novela es preferible que antes se inicie con El guardián invisible. En esta segunda novela de la trilogía se dan ciertas pinceladas de la historia  personal y familiar de Amaia que se hace necesario que sea casi imprescindible leer primero El guardián invisible para después acercarse a Legado en...

Asimismo, la trama policial, aunque sean casos diferentes a resolver, presenta, a mi modo de ver, cierta continuidad, pues la acción criminal inicial guarda relación con uno de los casos planteados por la autora en la primera novela y se desarrollo en la misma localidad de origen de Amaia: Elizondo y el valle del Baztán, donde viven su tía y sus hermanas.

  ¿Qué podemos apuntar de Amaia Salazar? Si en la primera novela teníamos a esta inspectora de policía preocupada por no poderse quedar encinta en Legado en los huesos el tema de la maternidad vuelve a hacer acto de presencia. Dolores Redondo, la autora de esta trilogía, nos presenta a una Amaia que logra quedarse embarazada y presenta  toda una serie de inquietudes, de dudas, que se van resolviendo a medida que transcurre la acción narrativa merced a la ayuda, a los consejos de su tía, de su entrañable marido James, especialmente.

  Uno de los puntos fuertes de esta novela, de las dos novelas leídas hasta el momento de la Trilogía, es la evolución de Amaia Salazar como personaje. Vemos cómo su camino vital va avanzando. La autora logra acercarnos a esta inspectora de homicidios y lo hace abordando temas como el de la maternidad, el del nacimiento de un bebé (en un primer momento piensan que será niña, pero -cosas del destino- será un niño), la conciliación laboral, las relaciones familiares (y no solo me refiero a la familia biológica sino también a la política).

 Combina Dolores Redondo, de ahí ese "algo diferente" explicado anteriormente, dosis de realidad con una trama policial, con la presencia de asesinatos, de muertes violentas, de hechos desgarradores.


   "Una fuerte contracción la obligó a detenerse. Apoyada en el paraguas e inclinada hacia delante aguantó la impresión de terrible pinchazo en la parte baja del vientre, que se extendió hasta la cara interna de los muslos, provocándole un calambre que le arrancó un quejido, no tanto de dolor como de sorpresa por la intensidad. La oleada decreció tan rápido como había llegado.

[...]

La certeza de su hija creciendo en su interior había supuesto en su vida el bálsamo de calma y serenidad que siempre había imaginado y que en aquel momento había sido lo único que podía ayudarla a afrontar los terribles hechos que le había tocado vivir y que unos meses antes habían acabado con ella."

[...]


 Otro de los puntos fuertes de esta novela negra es la presencia de la mitología popular navarra. Si en la primera novela contábamos con la figura del basajuan como elemento mitológico en esta segunda volvemos a contar con otro personaje de la tradición popular, el tarttalo. Mas no solo podemos leer y observar aspectos de este personaje, sino también elementos de la tradición de los pueblos que se han transmitido oralmente y que seguramente en muchas regiones aun perviven ciertas creencias, ciertos seres mitológicos o ciertas tradiciones.

   (pág 65)

  "...es un mairu-beso, y para que lo sea de verdad debe proceder del cadáver de un infante que haya fallecido sin haber sido bautizado. Antiguamente, se creía que tenía propiedades mágicas para proteger a los que lo llevaban como antorchas, y que el humo que emanaba de ellos tenía un poder narcotizante capaz de dormir a los habitantes de una casa o un pueblo entero, mientras sus portadores realizaban sus fechorías "buriles."

   

 (pág 87)

 - Tarttalo, conocido también como Tártaro y como Torto es una figura de la mitología vasco-navarra, un cíclope de un solo ojo y gran envergadura, extraordinariamente fuerte y agresivo que se alimenta de ovejas, doncellas y pastores, aunque también aparece como pastor de sus propios rebaños en algunas referencias, pero de cualquier modo, siempre como devorador de cristianos.Cíclopes semejantes parecen por toda Europa, en la antigua Grecia y Roma. En el Pais Vasco tiene una gran importancia entre los antiguos gascones, aunque los datos relativos a su presencia se extienden hasta bien entrado el siglo XX. Solitario, vive en una cueva, que según la zona se ubica en unos parajes o en otros, pero no en lugares tan inaccesibles como la diosa-genio Maria, sino más cerca de los valles donde pueda surtirse de alimento para calmar su voraz apetito de sangre. El símbolo que lo representa es el único ojo en mitad de la frente y desde luego los huesos, montañas de ellos que se acumulan en las entradas de las cuevas, fruto de su bestialidad.."

 [...]


 De esta novela mucho se puede decir- y seguramente me dejo muchas cosas en el tintero en esta entrada-, pues hay muchos temas paralelos realmente interesantes y que hacen diferente esta novela respecto de otras (creo que es una novela que aborda temas que acercan al lector y transportar a este a la historia como si fuera Amaia Salazar): el tema de la maternidad, el tema de las relaciones familiares y materno-filiales (en este aspecto la historia familiar de Amaia merece una entrada diferente dados los matices, dados los aspectos a tener en cuenta para conocer a este personaje femenino), el tema histórico de los agotes, entre otras cuestiones.

Asimismo, en Legado en los huesos contamos con prácticamente los mismos personajes principales que vimos en El guardián invisible y aparecen nuevos como el Juez Marquina, el Doctor Sarasola, entre otros, que ayudan a digerir esta novela negra.

 ¿Es, por tanto, novela recomendable? Mi respuesta no puede ser otra diferente al sí, pues es una novela que te atrapa desde el primer momento, con unos giros que no prevees, con unas tramas muy bien construidas, con unos personajes, sobre todo el de Amaia Salazar, muy bien construidos, a mi modo de entender. Eso sí, es necesario, e imprescindible, leer la primera parte de la trilogía para poder acercarte a esta segunda novela para poder entender ciertas cuestiones que en ella se narran.